In the middle of the 16th century, a talented young anatomist named Andreas Vesalius made a shocking discovery: the most famous human anatomy texts in the world were wrong. They not only failed to account for many details of the human body, they also described the organs of apes and other mammals. While Vesalius knew he was right, announcing these errors would mean challenging Galen of Pergamon– the most renowned physician in medical history. But who was this towering figure? And why did doctors working more than 1,300 years later so revere and fear him?
A mediados del siglo XVI, un joven y talentoso anatomista llamado Andrés Vesalio hizo un impactante descubrimiento: los textos de anatomía más famosos del mundo estaban equivocados. No omitían únicamente importantes detalles sobre el cuerpo humano, sino que además describían órganos de simios y otros mamíferos. Si bien Vesalio sabía que él estaba en lo cierto, denunciar estos errores significaría desafiar a Galeno de Pérgamo, el más afamado médico en la historia de la medicina. ¿Quién fue este encumbrado médico? ¿Y por qué los médicos 1300 años más tarde aún lo veneraban y le temían?
Born in 129 CE, Galen left home as a teen to scour the Mediterranean for medical wisdom. He returned home a gifted surgeon with a passion for anatomy and a penchant for showmanship. He gleefully entered public anatomy contests, eager to show up his fellow physicians. In one demonstration, he caused a pig to lose its voice by tying off one of its nerves. In another, he disemboweled a monkey and challenged his colleagues to repair it. When they couldn’t, he did. These grizzly feats won him a position as surgeon to the city’s gladiators. Eventually, he would leave the arena to become the personal physician to four Roman Emperors.
Nacido en el 129 d. C., de adolescente Galeno abandonó su hogar para explorar el Mediterráneo en busca de conocimientos médicos. Regresó convertido en un talentoso cirujano, con un gran interés en la anatomía y una tendencia a la ostentación. Participaba con gran entusiasmo en competencias de anatomía, ansioso de ilustrar a sus colegas médicos. En una demostración, hizo que un cerdo perdiera la voz al atar uno de sus nervios. En otra, le sacó las entrañas a un mono y desafió a sus colegas a repararlo. Cuando ellos no pudieron, él lo hizo. Gracias a estas grotescas hazañas, consiguió el puesto de cirujano de los gladiadores de la ciudad. Más tarde, dejó la arena para convertirse en el médico personal de cuatro Emperadores romanos.
While his peers debated symptoms and their origins, Galen obsessively studied anatomy. He was convinced that each organ had a specific function. Since the Roman government largely prohibited working with human cadavers, Galen conducted countless dissections of animals instead. Even with this constraint, his exhaustive investigations yielded some remarkably accurate conclusions.
Mientras sus pares debatían sobre síntomas y sus orígenes, Galeno se centró en estudiar la anatomía. Estaba convencido de que cada órgano cumplía una función específica. Como el gobierno romano prohibía, mayormente, experimentar con cadáveres humanos, Galeno realizó numerosas disecciones de animales. Incluso con esta limitación, sus incansables investigaciones dieron lugar a algunas conclusiones muy precisas.
One of Galen’s most important contributions was the insight that the brain, not the heart, controlled the body. He confirmed this theory by opening the cranium of a living cow. By applying pressure to different parts of the brain, he could link various regions to specific functions. Other experiments allowed him to distinguish sensory from motor nerves, establish that urine was made in the kidneys, and deduce that respiration was controlled by muscles and nerves.
Una de las más importantes contribuciones de Galeno fue su comprensión de que el cerebro, no el corazón, controlaba el cuerpo. Confirmó esta teoría al abrir el cráneo de una vaca viva. Al aplicar presión en diferentes partes del cerebro, podía relacionar las distintas regiones a funciones específicas. Otros experimentos le permitieron distinguir entre nervios sensoriales y motores, determinar que la orina se producía en los riñones, y deducir que la respiración era controlada por músculos y nervios.
But these wild experiments also produced extraordinary misconceptions. Galen never realized that blood cycles continuously throughout the body. Instead, he believed the liver constantly produces an endless supply of blood, which gets entirely depleted on its one-way trip to the organs. Galen is also credited with solidifying the popular theory of the Four Humours. Introduced by Hippocrates centuries earlier, this misguided hypothesis attributed most medical problems to an imbalance in four bodily fluids called humours. To correct the balance of these fluids, doctors employed dangerous treatments like bloodletting and purging. Informed by his poor understanding of the circulatory system, Galen was a strong proponent of these treatments, despite their sometimes lethal consequences.
Pero estos sorprendentes experimentos también condujeron a errores importantes. Galeno nunca se dio cuenta de que la sangre circula de forma constante a través del cuerpo. Creía más bien que el hígado producía de forma constante una cantidad infinita de sangre, la cual se agotaba en su viaje de ida hacia los órganos. Galeno se lleva también el crédito por reforzar la teoría popular de los cuatro humores. Introducida por Hipócrates unos siglos atrás, esta equivocada hipótesis establecía que la mayoría de los problemas de salud se debían a un desequilibrio en los cuatro fluidos corporales: los humores. Para corregir este balance, los médicos implementaban peligrosos tratamientos, como el sangrado y la purga. Dada esta inadecuada compresión del sistema circulatorio, Galeno fue un ferviente defensor de estos tratamientos, a pesar de que tenían resultados en ocasiones letales.
Unfortunately, Galen’s ego drove him to believe that all his discoveries were of the utmost importance. He penned treatises on everything from anatomy to nutrition to bedside manner, meticulously cataloguing his writings to ensure their preservation. Over the next 13 centuries, Galen’s prolific collection dominated all other schools of medical thought. His texts became the standard works taught to new generations of doctors, who in turn, wrote new essays extolling Galen’s ideas. Even doctors who actually dissected human cadavers would bafflingly repeat Galen’s mistakes, despite seeing clear evidence to the contrary. Meanwhile, the few practitioners bold enough to offer conflicting opinions were either ignored or ridiculed.
Desafortunadamente, el ego de Galeno lo llevó a pensar que todos sus descubrimientos eran de suma relevancia. Escribió tratados sobre anatomía, nutrición, cuidados de los enfermos, catalogando meticulosamente sus obras para asegurar su conservación. Durante los siguientes 13 siglos, la gran colección de Galeno imperaba sobre todas las demás escuelas de pensamiento. Sus textos se volvieron el material básico para instruir a los nuevos médicos, quienes a su vez escribían nuevos ensayos que enaltecían las ideas de Galeno. Incluso los médicos que disecaban cadáveres humanos repetían, incomprensiblemente, los errores de Galeno, a pesar de ver evidencia clara en contra. Mientras tanto, los pocos médicos osados que ofrecían opiniones alternas eran ignorados o ridiculizados.
For 1,300 years, Galen’s legacy remained untouchable– until renaissance anatomist Vesalius spoke out against him. As a prominent scientist and lecturer, his authority influenced many young doctors of his time. But even then, it took another hundred years for an accurate description of blood flow to emerge, and two hundred more for the theory of the Four Humours to fade. Hopefully, today we can reap the benefits of Galen’s experiments without attributing equal credence to his less accurate ideas. But perhaps just as valuable is the reminder that science is an ever-evolving process, which should always place evidence above ego.
El legado de Galeno se mantuvo inalterado por 1300 años, hasta que el anatomista del Renacimiento, Vesalio, se expresó en contra. Como Vesalio era un científico y orador destacado, su autoridad influyó en muchos médicos jóvenes de la época. Pero incluso entonces, pasarían otros 100 años antes de que se produjera una descripción correcta de la circulación sanguínea, y 200 años más para que la teoría de los humores se descartara por completo. Por suerte, hoy contamos con los beneficios de los experimentos de Galeno sin tener que otorgar igual reconocimiento a sus ideas menos precisas. Pero quizá lo valioso sea recordar que la ciencia es un proceso en constante cambio y que se debe poner siempre la evidencia por sobre el ego.