In the early 1900s on the island of Crete, British archaeologist Sir Arthur Evans uncovered nearly 3,000 tablets inscribed with strange symbols. He thought these symbols represented the language spoken by Europe’s oldest civilization. Their meaning would elude scholars for 50 years.
A principios del siglo XX, en la isla de Creta, el arqueólogo británico Sir Arthur Evans descubrió casi 3000 tablillas que contenían símbolos extraños. Pensó que esos símbolos pertenecían al idioma que hablaba la civilización más antigua de Europa. Durante 50 años, los expertos no lograrían dar con su significado.
Evans discovered these tablets amid the colorful frescoes and maze-like hallways of the palace of Knossos. He called the civilization Minoan— after the mythical Cretan ruler, King Minos. He thought the script, dubbed Linear B, represented the Minoan language, and scholars all over the world came up with their own theories. Was it the lost language of the Etruscans? Or perhaps it represented an early form of Basque?
Evans descubrió estas tablillas entre los coloridos murales y laberínticos pasadizos que se hallaban en el Palacio de Cnosos. A esa civilización la llamó "minoica" en honor a Minos, el mítico rey de Creta. Evans pensaba que esa escritura, llamada "Lineal B", pertenecía a la lengua minoica, aunque los estudiosos de distintas partes de mundo elaboraron sus propias teorías. ¿Se trataba de la lengua perdida de los etruscos? ¿O quizá era una forma primitiva del idioma vasco?
The mystery intensified because Evans guarded the tablets closely–– only 200 of the inscriptions were published during his lifetime–– but he couldn’t decipher the script. However, he did make two accurate observations: the tablets were administrative records, and the script was a syllabary, where each symbol represented both a consonant and a vowel, mixed with characters that each represented a whole word.
El misterio era cada vez mayor, pues Evans mantenía las tablillas bajo estricto resguardo. De hecho, solo 200 de las inscripciones se publicaron en vida del arqueólogo, quien no pudo descifrar el texto. Sin embargo, aportó dos observaciones muy precisas: las tablillas eran registros administrativos y el texto era un silabario donde cada símbolo representaba una consonante y una vocal, intercalado con caracteres que representaban una palabra cada uno.
Evans worked on Linear B for three decades before a scholar from Brooklyn, New York, named Alice Kober set out to solve the mystery. Kober was a professor of Classics at Brooklyn College when few women held such positions. To help in her quest, she taught herself many languages–– knowledge she knew she would need to decipher Linear B. For the next two decades, she analyzed the symbols.
Evans trabajó en el Lineal B durante 30 años, hasta que una académica de Brooklyn, Nueva York, Alice Kober, se dispuso a resolver el misterio. Kober era profesora de cultura clásica en Brooklyn College en una época en que muy pocas mujeres ocupaban ese tipo de cargos. Para lograr su cometido, estudió varios idiomas que la ayudarían a descifrar el Lineal B. Durante los 20 años siguientes, analizó los símbolos.
Working from the few available inscriptions, she recorded how often each symbol appeared. Then she recorded how frequently each symbol appeared next to another. She stored her findings on scrap paper in cigarette cartons because writing supplies were scarce during the Second World War.
Basándose en las escasas inscripciones existentes, registró la frecuencia con la que aparecía cada símbolo y luego la frecuencia de cada símbolo junto a otro. Escribió su trabajo en notas sueltas que guardó en cajas de cigarrillos, pues los artículos de papelería escaseaban durante la Segunda Guerra Mundial.
By analyzing these frequencies, she discovered that Linear B relied on word endings to give its sentences grammar. From this she began to build a chart of the relations between the signs, coming closer than anyone before to deciphering Linear B. But she died, probably of cancer, in 1950 at the age of 43.
Al estudiar los patrones de frecuencia, descubrió que el Lineal B estructuraba su gramática basándose en el final de las palabras. Con este punto de partida, ideó una tabla de relaciones entre los signos, y de este modo se acercó más que nadie al descifrado del Lineal B. Pero falleció en 1950 a los 43 años, posiblemente a causa de un cáncer.
While Kober was analyzing the Knossos tablets, an architect named Michael Ventris was also working to crack Linear B. He had become obsessed with Linear B as a schoolboy after hearing Evans speak. He even worked on deciphering the script while serving in World War II.
Mientras Kober estudiaba las tablillas de Cnosos, un arquitecto llamado Michael Ventris se embarcó en la misma tarea. Se había obsesionado con el Lineal B ya en la escuela, después de escuchar a Evans. Siguió descifrando los textos aun mientras combatía en la Segunda Guerra Mundial.
After the war, Ventris built on Kober’s grid using a newly published cache of Linear B inscriptions excavated from a different archeological site called Pylos, on mainland Greece. His real breakthrough came when he compared the tablets from Pylos with those from Knossos and saw that certain words appeared on tablets from one site but not the other. He wondered if those words represented the names of places specific to each location.
Tras el conflicto bélico, Ventris perfeccionó la tabla de Kober usando un objeto recientemente dado a conocer y escrito en el sistema Lineal B que había sido excavado en otro sitio arqueológico llamado Pilos, en la Grecia continental. Su auténtico hallazgo se produjo al comparar las tablillas de Pilos con las tablillas de Cnosos. Comprobó que ciertas palabras aparecían en las tablillas de un sitio pero no del otro. Se preguntó si esas palabras no designarían lugares específicos de cada región.
He knew that over centuries, place names tend to remain constant, and decided to compare Linear B to an ancient syllabary from the island of Cyprus. The Cypriot script was used hundreds of years after Linear B, but some of the symbols were similar— he wondered if the sounds would be similar, too. When Ventris plugged some of the sounds of the Cypriot syllabary into the Linear B inscriptions, he came up with the word Knossos, the name of the city where Evans had discovered his tablets. In a domino effect, Ventris unraveled Linear B, with each word revealing more clearly that the language of Linear B was not Minoan, but Greek.
Ventris sabía que los nombres de lugares se mantenían durante siglos, y decidió comparar el Lineal B con un antiguo silabario de la isla de Chipre. El sistema de escritura chipriota se usó cientos de años después del Lineal B, pero algunos símbolos eran similares, por lo cual pensó que los sonidos también podrían parecerse. Cuando aplicó algunos sonidos del silabario chipriota a las inscripciones del Lineal B, encontró la palabra "Cnosos", la ciudad donde Evans había descubierto las tablillas. Como un efecto dominó, Ventris fue desentrañando el Lineal B, donde cada palabra iba dejando cada vez más claro que el sistema Lineal B no pertenecía al idioma minoico sino al griego.
Ventris died in a car crash four years later, at the age of 34. But his discovery rewrote a chapter of history. Evans had insisted that the Minoans conquered the mainland Greeks, and that was why examples of Linear B were found on the mainland. But the discovery that Linear B represented Greek, and not Minoan, showed that the opposite had happened: mainland Greeks invaded Crete and adopted the Minoan script for their own language.
Ventris perdió la vida en un accidente de auto cuatro años después, a los 34. Pero su descubrimiento reescribió un capítulo de la historia. Evans insistía en que los minoicos conquistaron Grecia, y eso explicaba la presencia del Lineal B en ese lugar. Pero al descubrirse que el Lineal B correspondía al minoico y no al griego, se demostró lo contrario: que los griegos invadieron Creta e incorporaron la escritura minoica a su propio idioma.
But the story isn’t over yet. The actual language of the Minoans, represented by another script called Linear A, has yet to be deciphered. It remains a mystery— at least for now.
Pero la historia aún no ha terminado. El verdadero idioma de los minoicos, que se expresa mediante otro sistema de escritura llamado "Lineal A", aún no ha sido descifrado, y sigue siendo un misterio...