It was the spring of 2011, and as they like to say in commencement speeches, I was getting ready to enter the real world. I had recently graduated from college and moved to Paris to start my first job. My dream was to become a war correspondent, but the real world that I found took me into a really different kind of conflict zone.
Era la primavera de 2011 y como gusta decir en los discursos de graduación, me estaba preparando para entrar en el mundo real. Me había graduado recientemente de la universidad y me mudé a París para comenzar mi primer trabajo. Mi sueño era convertirme en corresponsal de guerra, pero el mundo real que encontré me llevó a un tipo de zona de conflicto realmente diferente.
At 22 years old, I was diagnosed with leukemia. The doctors told me and my parents, point-blank, that I had about a 35 percent chance of long-term survival. I couldn't wrap my head around what that prognosis meant. But I understood that the reality and the life I'd imagined for myself had shattered. Overnight, I lost my job, my apartment, my independence, and I became patient number 5624.
A los 22 años me diagnosticaron leucemia. Los médicos me dijeron a mí y a mis padres, a quemarropa, que tenía aproximadamente un 35 % de posibilidades de supervivencia. No podía entender lo que significaba ese pronóstico. Pero entendí que la realidad y la vida que me había imaginado se había hecho añicos. Durante la noche, perdí mi trabajo, mi departamento, mi independencia, y me convertí en el paciente número 5624.
Over the next four years of chemo, a clinical trial and a bone marrow transplant, the hospital became my home, my bed, the place I lived 24/7. Since it was unlikely that I'd ever get better, I had to accept my new reality. And I adapted. I became fluent in medicalese, made friends with a group of other young cancer patients, built a vast collection of neon wigs and learned to use my rolling IV pole as a skateboard. I even achieved my dream of becoming a war correspondent, although not in the way I'd expected. It started with a blog, reporting from the front lines of my hospital bed, and it morphed into a column I wrote for the New York Times, called "Life, Interrupted."
Durante los siguientes cuatro años de quimioterapia, un ensayo clínico y un trasplante de médula ósea, el hospital se convirtió en mi hogar mi cama, el lugar donde viví 24/7. Como era poco probable que alguna vez mejorara, tuve que aceptar mi nueva realidad. Y me adapté. Aprendí a hablar en términos médicos, me hice amiga de un grupo de otros pacientes jóvenes con cáncer, hice una vasta colección de pelucas de neón y aprendí a usar el soporte para bolsas intravenosas como skate. Incluso logré mi sueño de convertirme en corresponsal de guerra, aunque no de la manera que esperaba. Comencé con un blog, informando desde la primera línea de mi cama de hospital, y se transformó en una columna que escribía para el New York Times, llamada "Vida interrumpida".
But -- (Applause)
Pero... (Aplausos)
Thank you.
Gracias.
(Applause)
(Aplausos)
But above all else, my focus was on surviving. And -- spoiler alert --
Pero por encima de todo, mi enfoque era sobrevivir. Y, ojo al espóiler,
(Laughter)
(Risas)
I did survive, yeah.
sobreviví, sí.
(Applause)
(Aplausos)
Thanks to an army of supportive humans, I'm not just still here, I am cured of my cancer.
Gracias a un ejército de humanos de apoyo, no solo sigo aquí, estoy curada del cáncer.
(Applause)
(Aplausos)
Thank you.
Gracias.
(Applause)
(Aplausos)
So, when you go through a traumatic experience like this, people treat you differently. They start telling you how much of an inspiration you are. They say you're a warrior. They call you a hero, someone who's lived the mythical hero's journey, who's endured impossible trials and, against the odds, lived to tell the tale, returning better and braver for what you're been through. And this definitely lines up with my experience.
Cuando pasas por una experiencia traumática como esta, la gente te trata de manera diferente. Empiezan a decirte la fuente de inspiración que eres. Dicen que eres una guerrera. Te llaman heroína, alguien que ha vivido el viaje del héroe mítico, que ha soportado pruebas imposibles y, contra viento y marea, vivió para contar la historia, volviéndose mejor y más valiente por haber superado lo que has pasado. Y esto definitivamente se alinea con mi experiencia.
Cancer totally transformed my life. I left the hospital knowing exactly who I was and what I wanted to do in the world. And now, every day as the sun rises, I drink a big glass of celery juice, and I follow this up with 90 minutes of yoga. Then, I write down 50 things I'm grateful for onto a scroll of paper that I fold into an origami crane and send sailing out my window.
El cáncer transformó totalmente mi vida. Salí del hospital sabiendo exactamente quién era y lo que quería hacer en el mundo. Y ahora, cada día que sale el sol, tomo un gran vaso de jugo de apio, y sigo con 90 minutos de yoga. Luego, escribo 50 cosas por las que estoy agradecida en un papel que pliego haciendo una grulla de origami y la hago volar por mi ventana.
(Laughter)
(Risas)
Are you seriously believing any of this?
¿En serio se creen algo de esto?
(Laughter)
(Risas)
I don't do any of these things.
No hago ninguna de estas cosas.
(Laughter)
(Risas)
I hate yoga, and I have no idea how to fold an origami crane. The truth is that for me, the hardest part of my cancer experience began once the cancer was gone. That heroic journey of the survivor we see in movies and watch play out on Instagram -- it's a myth. It isn't just untrue, it's dangerous, because it erases the very real challenges of recovery.
Odio el yoga y no tengo idea de cómo hacer una grulla de origami. La verdad es que para mí la parte más difícil de mi experiencia con el cáncer comenzó una vez que el cáncer desapareció. Ese viaje heroico del sobreviviente que vemos en las películas y que se desarrolla en Instagram... es un mito. No solo es falso, es peligroso, porque borra los desafíos muy reales de la recuperación.
Now, don't get me wrong -- I am incredibly grateful to be alive, and I am painfully aware that this struggle is a privilege that many don't get to experience. But it's important that I tell you what this projection of heroism and expectation of constant gratitude does to people who are trying to recover. Because being cured is not where the work of healing ends. It's where it begins.
No me malinterpreten, estoy increíblemente agradecida de estar viva y soy dolorosamente consciente de que esta lucha es un privilegio que muchos no llegan a experimentar. Pero es importante decirles lo que esta proyección de heroísmo y expectativa de gratitud constante hace a las personas que intentan recuperarse. Porque estar curado no es donde termina el trabajo de curación. Es donde comienza.
I'll never forget the day I was discharged from the hospital, finally done with treatment. Those four years of chemo had taken a toll on my relationship with my longtime boyfriend, and he'd recently moved out. And when I walked into my apartment, it was quiet. Eerily so. The person I wanted to call in this moment, the person who I knew would understand everything, was my friend Melissa. She was a fellow cancer patient, but she had died three weeks earlier. As I stood there in the doorway of my apartment, I wanted to cry. But I was too tired to cry. The adrenaline was gone. I had felt as if the inner scaffolding that had held me together since my diagnosis had suddenly crumbled. I had spent the past 1,500 days working tirelessly to achieve one goal: to survive. And now that I'd done so, I realized I had absolutely no idea how to live.
Nunca olvidaré el día que me dieron de alta del hospital, tras finalmente acabar con el tratamiento. Esos cuatro años de quimioterapia afectaron mi relación. con mi novio de toda la vida que se había ido de la casa recientemente. Y cuando entré en mi apartamento, todo estaba en silencio. Misteriosamente así. La persona a la que quería llamar en este momento, la persona que conocía que lo entendería todo, era mi amiga Melissa. Ella era una compañera de cáncer, pero había muerto tres semanas antes. Mientras estaba parada en la puerta de mi apartamento, yo quería llorar. Pero estaba demasiado cansada para llorar. No me quedaba adrenalina. Sentí como si el andamio interior que me había sostenido desde mi diagnóstico, se hubiera desmoronado de repente. Había pasado los últimos 1500 días trabajando sin descanso para lograr un objetivo: sobrevivir. Y ahora que lo había hecho, me di cuenta de que no tenía ni idea de cómo vivir.
On paper, of course, I was better: I didn't have leukemia, my blood counts were back to normal, and the disability checks soon stopped coming. To the outside world, I clearly didn't belong in the kingdom of the sick anymore. But in reality, I never felt further from being well. All that chemo had taken a permanent physical toll on my body. I wondered, "What kind of job can I hold when I need to nap for four hours in the middle of the day? When my misfiring immune system still sends me to the ER on a regular basis?" And then there were the invisible, psychological imprints my illness had left behind: the fears of relapse, the unprocessed grief, the demons of PTSD that descended upon me for days, sometimes weeks.
En el papel, por supuesto, estaba mejor: ya no tenía leucemia mis hemogramas volvieron a la normalidad, y los cheques de discapacidad pronto dejaron de llegar. Para el mundo claramente yo ya no pertenecía al reino de los enfermos. Pero en realidad, nunca me sentí más lejos de estar bien. Toda esa quimioterapia había cobrado un precio físico permanente en mi cuerpo. Me preguntaba: "¿Qué tipo de trabajo puedo tener si necesito dormir una siesta de cuatro horas a la mitad del día, si mi sistema inmunológico falla y todavía me obliga a ir a la sala de emergencias regularmente?". Y luego estaban las huellas invisibles, psicológicas que mi enfermedad me había dejado: los temores de recaída, la pena sin procesar, los demonios del trastorno de estrés postraumático
See, we talk about reentry in the context of war and incarceration. But we don't talk about it as much in the context of other kinds of traumatic experiences, like an illness. Because no one had warned me of the challenges of reentry, I thought something must be wrong with me. I felt ashamed, and with great guilt, I kept reminding myself of how lucky I was to be alive at all, when so many people like my friend Melissa were not. But on most days, I woke up feeling so sad and lost, I could barely breathe. Sometimes, I even fantasized about getting sick again. And let me tell you, there are so many better things to fantasize about when you're in your twenties and recently single.
que me abrumaron días, a veces semanas. Hablamos de reingreso en el contexto de la guerra y encarcelamiento. Pero no hablamos tanto de eso en el contexto de otras experiencias traumáticas, como una enfermedad. Porque nadie me había advertido sobre los desafíos de la reentrada, Pensé que algo debía estar mal conmigo. Me sentí avergonzada y con gran culpa, me recordaba la suerte que tenía de estar viva, cuando tanta gente como mi amiga Melissa no lo estaba. Pero la mayoría de los días me despertaba sintiéndome tan triste y perdida. Apenas podía respirar. A veces, incluso fantaseaba con volver a enfermarme. Y déjenme decirles, hay muchas cosas mejores sobre las que fantasear cuando tienes 20 años y te has quedado sin pareja recientemente.
(Laughter)
(Risas)
But I missed the hospital's ecosystem. Like me, everyone in there was broken. But out here, among the living, I felt like an impostor, overwhelmed and unable to function. I also missed the sense of clarity I'd felt at my sickest. Staring your mortality straight in the eye has a way of simplifying things, of rerouting your focus to what really matters. And when I was sick, I vowed that if I survived, it had to be for something. It had to be to live a good life, an adventurous life, a meaningful one. But the question, once I was cured, became: How? I was 27 years old with no job, no partner, no structure. And this time, I didn't have treatment protocols or discharge instructions to help guide my way forward.
Pero echaba de menos el ecosistema del hospital. Como yo, todos allí estaban rotos. Pero aquí, entre los vivos, me sentía como una impostora, abrumada e incapaz de funcionar. También extrañaba la sensación de claridad que había sentido en mi época más enferma. Mirar tu mortalidad directamente a los ojos simplifica las cosas, redirige tu enfoque a lo que realmente importa. Y cuando estaba enferma, prometí que, si sobrevivía, tenía que ser por algo. Tenía que ser para vivir una buena vida, una vida aventurera, una significativa. Pero la pregunta, una vez que me curé, se convirtió en: ¿Cómo? Tenía 27 años sin trabajo, sin pareja, sin estructura. Y esta vez, no tenía protocolos de tratamiento o instrucciones de alta que me ayudaran a guiar mi camino por seguir.
But what I did have was an in-box full of internet messages from strangers. Over the years, people from all over the world had read my column, and they'd responded with letters, comments and emails. It was a mix, as is often the case, for writers. I got a lot of unsolicited advice about how to cure my cancer with things like essential oils. I got some questions about my bra size. But mostly --
Pero lo que sí tenía, era una bandeja de entrada, llena de mensajes de internet de extraños. A través de los años, personas de todo el mundo habían leído mi columna, y respondieron con cartas, comentarios y correos electrónicos. Fue una mezcla, como suele ser el caso para los escritores. Recibí muchos consejos no solicitados sobre cómo curar mi cáncer con cosas como los aceites esenciales. Recibí algunas preguntas sobre mi talla de sujetador. Pero principalmente...
(Laughter)
(Risas)
mostly, I heard from people who, in their own different way, understood what it was that I was going through.
sobre todo, escuché de personas que, desde su propia forma diferente, entendían por lo que estaba pasando.
I heard from a teenage girl in Florida who, like me, was coming out of chemo and wrote me a message composed largely of emojis. I heard from a retired art history professor in Ohio named Howard, who'd spent most of his life struggling with a mysterious, debilitating health condition that he'd had from the time he was a young man. I heard from an inmate on death row in Texas by the name of Little GQ -- short for "Gangster Quinn." He'd never been sick a day in his life. He does 1,000 push-ups to start off each morning. But he related to what I described in one column as my "incanceration," and to the experience of being confined to a tiny fluorescent room. "I know that our situations are different," he wrote to me, "But the threat of death lurks in both of our shadows." In those lonely first weeks and months of my recovery, these strangers and their words became lifelines, dispatches from people of so many different backgrounds, with so many different experiences, all showing me the same thing: you can be held hostage by the worst thing that's ever happened to you and allow it to hijack your remaining days, or you can find a way forward.
Escuché de una adolescente en Florida quien, como yo, salía de la quimioterapia y me escribió un mensaje compuesto principalmente de emojis. Escuché de un profesor de historia del arte retirado en Ohio llamado Howard, que pasó la mayor parte de su vida luchando con una condición de salud misteriosa y debilitante que había tenido desde que era joven. Escuché de un preso condenado a muerte en Texas con el nombre de Little GQ, abreviatura de "Gangster Quinn". Nunca había estado enfermo un día en su vida. Él hace 1000 flexiones cada mañana. Pero él relacionó con lo que describí en una columna como mi "encanceración" y a la experiencia de estar confinado en una pequeña habitación fluorescente. "Sé que nuestras situaciones son diferentes", me escribió, "Pero la amenaza de muerte acecha en nuestras dos sombras". En esas primeras semanas y meses solitarios de mi recuperación, estos extraños y sus palabras se convirtieron en líneas de vida, mensajes de personas de tantos orígenes diferentes, con tantas experiencias diferentes, todos me muestran lo mismo: puedes seguir siendo rehén de lo peor que te haya pasado y seguir permitiendo secuestrar tus días restantes, o puedes encontrar un camino para seguir.
I knew I needed to make some kind of change. I wanted to be in motion again to figure out how to unstuck myself and to get back out into the world. And so I decided to go on a real journey -- not the bullshit cancer one or the mythical hero's journey that everyone thought I should be on, but a real, pack-your-bags kind of journey. I put everything I owned into storage, rented out my apartment, borrowed a car and talked a very a dear but somewhat smelly friend into joining me.
Sabía que necesitaba hacer algún tipo de cambio. Quería estar en movimiento otra vez para descubrir cómo despegarme y volver al mundo. Entonces decidí emprender un verdadero viaje, no el de la mierda del cáncer o el viaje del héroe mítico en el que todos pensaron que debería estar, sino un verdadero viaje de empacar maletas. Puse todo lo que poseía en un almacén, arrendé mi apartamento, alquilé un auto y hablé con un amigo muy querido pero algo maloliente para que se uniera a mí.
(Laughter)
(Risas)
Together, my dog Oscar and I embarked on a 15,000-mile road trip around the United States. Along the way, we visited some of those strangers who'd written to me. I needed their advice, also to say to them, thank you. I went to Ohio and stayed with Howard, the retired professor. When you've suffered a loss or a trauma, the impulse can be to guard your heart. But Howard urged me to open myself up to uncertainty, to the possibilities of new love, new loss. Howard will never be cured of illness. And as a young man, he had no way of predicting how long he'd live. But that didn't stop him from getting married. Howard has grandkids now, and takes weekly ballroom dancing lessons with his wife. When I visited them, they’d recently celebrated their 50th anniversary. In his letter to me, he'd written, "Meaning is not found in the material realm; it's not in dinner, jazz, cocktails or conversation. Meaning is what's left when everything else is stripped away."
Juntos, mi perro Oscar y yo nos embarcamos en un viaje por carretera de 25 000 km alrededor de EE. UU. En el camino, visitamos a algunos de esos extraños que me habían escrito. Necesitaba su consejo, también decirles, gracias. Fui a Ohio y me quedé con Howard, el profesor retirado. Cuando has sufrido una pérdida o un trauma, el impulso puede proteger tu corazón. Pero Howard me instó a abrirme a la incertidumbre, a las posibilidades de un nuevo amor, una nueva pérdida. Howard nunca se curará de la enfermedad. Y cuando era joven, no había forma de predecir cuánto tiempo viviría. Pero eso no le impidió casarse. Howard tiene nietos ahora, y toma clases semanales de baile de salón con su esposa. Cuando los visité recientemente habían celebrado su 50 aniversario. En su carta me había escrito: "El significado no se encuentra en el reino material; no es en cenas, jazz, cócteles o conversaciones. El significado es lo que queda cuando todo lo demás se elimina".
I went to Texas, and I visited Little GQ on death row. He asked me what I did to pass all that time I'd spent in a hospital room. When I told him that I got really, really good at Scrabble, he said, "Me, too!" and explained how, even though he spends most of his days in solitary confinement, he and his neighboring prisoners make board games out of paper and call out their plays through their meal slots -- a testament to the incredible tenacity of the human spirit and our ability to adapt with creativity.
Fui a Texas y visité Little GQ en el corredor de la muerte. Me preguntó qué hacía para sobrellevar todo ese tiempo en una habitación de hospital. Cuando le dije que me hice muy, muy buena en Scrabble, él dijo: "¡Yo también!" y explicó cómo, a pesar de que pasa la mayor parte de sus días en confinamiento solitario, él y sus prisioneros vecinos hacen juegos de mesa con papel y juegan a través de los orificios de la comida. Un testimonio de la increíble tenacidad del espíritu humano y nuestra capacidad de adaptarnos con creatividad.
And my last stop was in Florida, to see that teenage girl who'd sent me all those emojis. Her name is Unique, which is perfect, because she's the most luminous, curious person I've ever met. I asked her what she wants to do next and she said, "I want to go to college and travel and eat weird foods like octopus that I've never tasted before and come visit you in New York and go camping, but I'm scared of bugs, but I still want to go camping." I was in awe of her, that she could be so optimistic and so full of plans for the future, given everything she'd been through. But as Unique showed me, it is far more radical and dangerous to have hope than to live hemmed in by fear.
Y mi última parada fue en Florida, para ver a esa adolescente que me había enviado todos esos emojis. Su nombre es Unique, que es perfecto, porque es la persona más lúcida y curiosa que he conocido. Le pregunté qué quería hacer a continuación, y dijo: "Quiero ir a la universidad y viajar y comer alimentos raros como el pulpo que nunca he probado e ir a visitarte a Nueva York e ir de campamento, pero tengo miedo de los insectos, pero aun así quiero ir de campamento". Me asombraba que ella pudiera ser tan optimista y tan llena de planes para el futuro, a pesar de por lo que había pasado. Pero como Unique me mostró, es mucho más radical y peligroso tener esperanza que vivir acorralado por el miedo.
But the most important thing I learned on that road trip is that the divide between the sick and the well -- it doesn't exist. The border is porous. As we live longer and longer, surviving illnesses and injuries that would have killed our grandparents, even our parents, the vast majority of us will travel back and forth between these realms, spending much of our lives somewhere between the two. These are the terms of our existence.
Pero lo más importante que aprendí en ese viaje por carretera es que la división entre enfermos y sanos no existe. El borde es poroso. A medida que vivimos más y más, sobreviviendo enfermedades y heridas que habrían matado a nuestros abuelos, incluso a nuestros padres la gran mayoría de nosotros viajaremos de un lado a otro entre estos reinos, para pasar gran parte de nuestras vidas en algún lugar entre los dos. Estos son los términos de nuestra existencia.
Now, I wish I could say that since coming home from my road trip, I feel fully healed. I don't. But once I stopped expecting myself to return to the person I'd been pre-diagnosis, once I learned to accept my body and its limitations, I actually did start to feel better. And in the end, I think that's the trick: to stop seeing our health as binary, between sick and healthy, well and unwell, whole and broken; to stop thinking that there's some beautiful, perfect state of wellness to strive for; and to quit living in a state of constant dissatisfaction until we reach it.
Desearía poder decir que desde que volví a casa de mi viaje me siento completamente curada. No es así. Pero una vez que dejé de esperar algo de mí para volver a la persona a la que me había diagnosticado previamente, una vez que aprendí a aceptar mi cuerpo y sus limitaciones, de hecho, empecé a sentirme mejor. Y al final, creo que ese es el truco: dejar de ver nuestra salud como binaria, entre enfermo y sano, bien y mal entero y roto; dejar de pensar que hay un hermoso y perfecto estado de bienestar por el que luchar; y dejar de vivir en un estado de insatisfacción constante hasta que lo alcancemos.
Every single one of us will have our life interrupted, whether it's by the rip cord of a diagnosis or some other kind of heartbreak or trauma that brings us to the floor. We need to find ways to live in the in-between place, managing whatever body and mind we currently have. Sometimes, all it takes is the ingenuity of a handmade game of Scrabble or finding that stripped-down kind of meaning in the love of family and a night on the ballroom dance floor, or that radical, dangerous hope that I'm guessing will someday lead a teenage girl terrified of bugs to go camping.
Cada uno de nosotros tendrá su vida interrumpida, ya sea por un diagnóstico inesperado o algún otro tipo de desamor o trauma que nos baje al suelo. Necesitamos encontrar formas de vivir en el lugar intermedio, manejando cualquier cuerpo y mente que tengamos actualmente. A veces lo que se necesita es el ingenio de un juego de Scrabble hecho a mano o encontrar ese significado despojado en el amor de la familia y una noche en la pista de baile, o esa esperanza radical y peligrosa que supongo que algún día llevará a la adolescente que teme a los insectos a ir de campamento.
If you're able to do that, then you've taken the real hero's journey. You've achieved what it means to actually be well, which is to say: alive, in the messiest, richest, most whole sense.
Si puedes hacer eso, entonces has emprendido el verdadero viaje del héroe. Has logrado lo que significa estar bien, es decir: vivo, en el sentido más desordenado, rico y completo.
Thank you, that's all I've got.
Gracias, eso es todo lo que tengo.
(Applause)
(Aplausos)
Thank you. (Applause)
Gracias. (Aplausos)