You’re halfway through what’s supposedly one of the greatest novels of the 20th century, but nothing quite makes sense. Narrating characters offer clashing versions of the same story and often seem unsure who, what, or when they’re talking about. Seemingly minor details trigger intense emotional reactions you don't understand. And the prose is loaded with convoluted sentences and outlandish imagery. Confused? Good— that means you’re on the right track.
Estás a mitad de la que supuestamente es una de las mejores novelas del siglo XX, pero nada acaba de tener sentido. Los narradores ofrecen versiones contradictorias de la misma historia, y no parecen saber con certeza de quién, de qué o de cuándo hablan. Detalles aparentemente menores desatan reacciones emotivas incomprensibles. La prosa está llena de frases enredadas y de imágenes extravagantes. ¿Estás perplejo? Bien, vas por el buen camino.
William Faulkner is considered one of America’s most remarkable and perplexing writers. Fortunately, he wasn’t just toying with his audience. Faulkner used confusion intentionally, to explore the most mysterious parts of the human mind and investigate pressing issues of personal, racial, and regional identity. The result is a body of work that’s shocking, inventive, and often hilarious— but above all, challenging. So what clues should readers look for to navigate his literary labyrinths?
William Faulkner es uno de los escritores americanos más notables y más desconcertantes. Por suerte, no solo jugaba con su público. Faulkner usaba deliberadamente la confusión para explorar las partes más misteriosas de la mente humana y para investigar cuestiones urgentes de identidad personal, racial y regional. El resultado es una obra chocante, creativa y a menudo desopilante, pero sobre todo compleja. ¿Qué pistas tiene que buscar el lector para navegar sus laberintos literarios?
Many of Faulkner’s novels are set in the fictional county of Yoknapatawpha— a fantastical reimagining of Lafayette County, Mississippi, where he spent most of his life. Born in 1897, Faulkner grew up steeped in oral storytelling traditions, from folklore and family histories to local legends of Civil War glory. However, these grand myths didn’t match the messy reality of the American South, divided by racist Jim Crow laws and plagued by the legacies of slavery and colonial violence. All these tensions come alive inside Yoknapatawpha. Full of horror, humor, and human tragedy, Faulkner’s stories feature many memorable characters, like the spurned bride who sleeps beside her would-be husband’s corpse, or the duped sharecropper obsessively hunting for imaginary coins. At first glance, these characters seem grotesquely absurd. But under the surface, they all reflect his obsession with how people process the past— what they stubbornly hold on to, unwittingly forget and willingly distort.
Muchas novelas de Faulkner se desarrollan en el condado ficticio de Yoknapatawpha, reinvención fantástica de Lafayette County, en Mississippi, donde pasó casi toda su vida. Nacido en 1897, Faulkner se crio inmerso en una tradición de narración oral, desde el folclore y los relatos familiares a leyendas locales de gloria de la Guerra Civil. Pero los mitos épicos no coincidían con la caótica realidad del sur de EE. UU., dividido por las racistas leyes Jim Crow y atormentado por el legado de la esclavitud y de la violencia colonial. Todas estas tensiones cobran vida en Yoknapatawpha. Llenos de terror, de humor y de tragedia humana, los relatos de Faulkner cuentan con personajes memorables, como la novia rechazada durmiendo al lado del cadáver de su prometido o el aparcero engañado obsesivamente en búsqueda de monedas imaginarias. A primera vista, estos personajes parecen grotescamente absurdos. Pero bajo la superficie, todos reflejan su obsesión con cómo la gente procesa el pasado, con las cosas a las que se aferra, las que olvida sin querer y las que deforma queriendo.
Much of Faulkner’s fiction is told from multiple perspectives, offering the reader several versions of the story’s events. For example, “The Sound and the Fury” combines the narratives of Benjy, Quentin, and Jason Compson, three brothers haunted by memories of their sister Caddy. One brother's narration will occasionally fill the gaps left by another's, but just as often, their accounts contradict each other. To make things more confusing, Benjy’s narration is disjointed in time, slipping between past and present without warning. Meanwhile, Quentin's section confuses fact and fantasy as it jumps backward in time from the day of his untimely death. Only the aggressive, money-hungry Jason attempts to embrace the present— but even he is constantly overtaken by past resentments.
La mayoría de la obra de Faulkner es narrada desde varios puntos de vista, que ofrecen al lector múltiples versiones de los hechos. Por ejemplo, “El ruido y la furia” conjuga los relatos de Benjy, Quentin y Jason Compson, tres hermanos perseguidos por el recuerdo de su hermana Caddy. La narración de un hermano ocasionalmente colma las lagunas de la del otro, pero con igual frecuencia sus relatos se contradicen entre sí. Para complicar aún más las cosas, la narración de Benjy es temporalmente fragmentada, y se desliza sin aviso entre pasado y presente. Por otro lado, la sección de Quentin confunde la realidad y la fantasía, saltando hacia atrás en el tiempo desde el día de su muerte prematura. Solo Jason, agresivo y ávido de dinero, intenta aceptar el presente... pero incluso él se ve constantemente sobrepasado por antiguos rencores.
Following these threads can be bewildering, but Faulkner wants the audience to share in the characters’ confusion. This approach allows readers to understand the Compsons’ biases and blindspots firsthand. And since his characters’ distortions of the past often reflect larger denials of Southern history, it also allows Faulkner to explore his own anxieties about the South. For example, his novel “Light in August” deliberately induces ambiguity about a character’s racial origins in ways that undermine rigid Jim Crow policies. And in “Absalom, Absalom!” narrating townsfolk remark that “no one knew how” a local landowner had come into his property, and that his house was built “apparently out of nothing.” This kind of evasive language shows how characters are desperate to cover up the region's intolerable history of genocide and slavery.
Seguir estos hilos puede ser desconcertante, pero Faulkner quiere que su público comparta la confusión de los personajes. Este método hace que el lector entienda los prejuicios y los puntos ciegos de los Compson. Y como las distorsiones del pasado de sus personajes reflejan a menudo negaciones más grandes en la historia del sur, también permite a Faulkner de explorar sus propias ansiedades sobre el sur. Por ejemplo, su novela “Luz de agosto” produce deliberadamente una ambigüedad sobre el origen racial de un personaje, socavando las rígidas leyes Jim Crow. Y en “Absalom, Absalom!” los ciudadanos que narran señalan que “nadie sabía cómo” un estanciero local se había ganado su propiedad, y que su casa había sido construida “aparentemente de la nada”. Este lenguaje evasivo muestra la desesperación de los personajes por encubrir la intolerable historia de genocidio y esclavitud de la región.
But even when exploring the heaviest topics, Faulkner spellbinds readers with verbal acrobatics. One particularly bewildering sentence in “Absalom, Absalom!” runs 1,288 words long, and features locals haggling over “violently-colored candy,” a “cloudy swirl of chickens,” and a hard-drinking planter who’s compared to both a worn-out cannon and a showgirl. Even his jokes can breed more confusion, such as when Benjy Compson conflates his sister Caddy with golf caddies.
Pero aun cuando explora los temas más fuertes, Faulkner hechiza a los lectores con acrobacias verbales. Una frase especialmente desafiante de “Absalom, Absalom!” cuenta con 1288 palabras y con residentes regateando por “unos caramelos violentamente colorados”, un “torbellino nuboso de gallinas” y un hacendado bebedor comparado tanto a un viejo cañón como a una bailarina. Sus chistes pueden incluso aumentar la confusión, como cuando Benjy Compson mezcla a su hermana Caddy con los caddie de golf.
Reading Faulkner is rarely easy, but it is deeply rewarding. He invites readers to contemplate the unreliable nature of history and memory. And in teaching us to embrace confusion and recognize the limits of our perception, Faulkner can help us listen for hidden meanings in the sound and fury that surround us.
Leer a Faulkner rara vez es fácil, pero es muy gratificante. Invita al lector a considerar el carácter poco fiable de historia y memoria. Y, enseñándonos a aceptar la confusión y a reconocer los límites de nuestra percepción, Faulkner nos ayuda a detectar significados ocultos en el ruido y la furia que nos rodean.