What do Charles Darwin, Michael Jordan, and Yoda have in common? They, like many other historical and fictive individuals, are bald, in some cases by their own choice. For centuries, a shining dome has been a symbol of intelligence, but despite this, many balding people still wish their hair would return. Scientists have long pondered, "Why do some people lose their hair, and how can we bring it back?" The full-headed among us have about 100,000 to 150,000 hairs on our scalps, and scientists have discovered two things about this dense thicket. Firstly, the sprouting hair we see is mostly made up of keratin, the protein leftover from dead cells that are forced upwards as new cells grow beneath them. Secondly, the structures that drive hair growth are called hair follicles, a network of complex organs that forms before we're born, and grows hair in an everlasting cycle. This cycle has three main phases. The first is anagen, the growth phase, which up to 90% of your hair follicles are experiencing right now, causing them to push up hair at a rate of one centimeter per month. Anagen can last for two to seven years, depending on your genes. After this productive period, signals within the skin instruct some follicles to enter a new phase known as catagen, or the regressing stage, causing hair follicles to shrink to a fraction of their original length. Catagen lasts for about two to three weeks and cuts blood supply to the follicle, creating a club hair, meaning it's ready to be shed. Finally, hairs enter telogen, the resting phase, which lasts for ten to twelve weeks, and affects about 5-15% of your scalp follicles. During telogen, up to 200 club hairs can be shed in a day, which is quite normal. Then, the growth cycle begins anew. But not all heads are hairy, and, in fact, some of them grow increasingly patchy over time in response to bodily changes. 95% of baldness in men can be attributed to male pattern baldness. Baldness is inherited, and in people with this condition, follicles become incredibly sensitive to the effects of dihydrotestosterone, a hormonal product made from testosterone. DHT causes shrinkage in these overly sensitive follicles, making hair shorter and wispier. But loss isn't sudden. It happens gradually, along a metric known as the Norwood Scale, which describes the severity of hair loss. First, hair recedes along the temples, then hair on the crown begins to thin in a circular pattern. At the highest rating on the scale, these balding areas meet and expand dramatically, eventually leaving only a ring of sparse hair around the temples and the back of the head. Genetics isn't all that drives hair loss. Long periods of stress can release signals that shock follicles and force them into the resting phase prematurely. Some women experience this after childbirth. Follicles might also lose the ability to go into anagen, the growth phase. People going through chemotherapy treatment temporarily experience this. But while balding may look permanent, scientific investigation has revealed the opposite. Below the skin's surface, the roots that give rise to our hair actually remain alive. Using this knowledge, scientists have developed drugs that shorten the resting phase, and force follicles into anagen. Other drugs combat male pattern baldness by blocking the conversion of testosterone to DHT so that it doesn't affect those sensitive follicles. Stem cells also play a role in regulating the growth cycle, and so scientists are investigating whether they can manipulate the activity of these cells to encourage follicles to start producing hair again. And in the meantime, while scientists hone their hair-reviving methods, anyone going bald, or considering baldness, can remember that they're in great company.
¿Qué tienen Charles Darwin, Michael Jordan y Yoda en común? El hecho de que como muchos otros individuos reales y ficticios, son calvos, en algunos casos por propia elección. Durante siglos, la alopecia ha sido un símbolo de inteligencia, pero a pesar de esto, muchos de los que la padecen aún quieren su cabello de vuelta. Los científicos han reflexionado mucho: "¿Por qué algunas personas pierden el cabello y cómo podemos recuperarlo?" Los que conservan su melena tienen cerca de 100 000 a 150 000 pelos de cuero cabelludo, y los científicos han descubierto dos cosas acerca de este denso matorral. En primer lugar, el pelo que vemos se compone principalmente de queratina, un resto proteínico que se forma cuando nuevas células crecen y empujan por debajo de las células muertas. En segundo lugar, las estructuras que impulsan el crecimiento del cabello se llaman folículos pilosos, una red de órganos complejos que se forman antes del nacimiento y producen pelo continuamente. Este ciclo consta de tres fases principales. La primera es la fase anágena, la fase de crecimiento, que está experimentando en este momento hasta un 90 % de sus folículos pilosos mientras empuja el pelo hacia arriba a un ritmo de un centímetro por mes. Esta etapa puede durar de dos a siete años, en función de tus genes. Después de este período productivo, unas señales intracutáneos ordenan a algunos folículos entrar a una nueva fase conocida como catágena, o etapa de transición cuando los folículos se encojan a una fracción de su tamaño original. La etapa catágena dura de dos a tres semanas cuando el suministro sanguíneo hacia el folículo se detiene y sale un nuevo pelo lo que significa que el viejo está listo para caerse. Por último, la fase telógena, o la fase de reposo, que dura de diez a doce semanas, y afecta a alrededor de un 5 a 15 % de los folículos del cuero cabelludo. Durante la fase telógena, pueden caer hasta 200 de pelos en un solo día, lo que es bastante normal. De este modo empieza un nuevo ciclo de crecimiento. Pero no todas las cabezas tienen pelo en abundancia y, de hecho, algunos de ellos crecen cada vez más desigual en el tiempo en respuesta a los cambios corporales. Un 95 % de la calvicie en los hombres puede atribuirse a un patrón de alopecia androgénica. La alopecia es heredada, y en las personas con esta enfermedad, los folículos se vuelven increíblemente sensibles a los efectos de la dihidrotestosterona, un producto hormonal a base de testosterona. DHT causa la contracción de estos folículos excesivamente sensibles, acortando y debilitando el pelo. Pero la pérdida no es repentina. Sucede gradual, según un sistema de clasificación llamado la escala de Norwood, que describe la severidad de la pérdida del cabello. Al principio, se pierde pelo en la zona de las sienes. A continuación, el pelo de la parte superior de la cabeza comienza a caer en un patrón circular. En la escala de calificación más alta, las zonas calvas se agrupan y se expanden considerablemente finalmente dejando solo un anillo de escaso pelo alrededor de las sienes y la parte posterior de la cabeza. La genética no es la única causa de la alopecia. Largos períodos de estrés pueden liberar señales que debilitan a los folículos y les obligan entrar en fase de reposo prematuramente. Algunas mujeres sufren de esto en la fase de postparto. Los folículos también pueden perder la capacidad de entrar en la fase anágena, o fase de crecimiento. Las personas que reciben tratamiento con quimioterapia la padecen temporalmente. Pero mientras que la alopecia puede parecer permanente la investigación científica ha revelado lo contrario. Bajo la superficie dérmica, las raíces que producen nuestro cabello en realidad permanecer vivas. Usando este conocimiento, los científicos han desarrollado fármacos que acortan la fase de reposo, y obligan a los folículos a entrar en fase anágena. Otros fármacos combaten los patrones de la calvicie masculina mediante el bloqueo de la conversión de testosterona en DHT de modo que no afecta a los folículos sensibles. Las células madre también participan en el control del ciclo de crecimiento, por lo que los científicos están investigando si pueden manipular la actividad de estas células para estimular los folículos que vuelvan a empezar a producir pelo. Mientras que los científicos perfeccionen sus métodos de rejuvenecimiento capilar, cualquiera que se queda calvo o está a punto de tenerla puede recordar que está en buena compañía.