Every other night in Japan, I step out of my apartment, I climb up a hill for 15 minutes, and then I head into my local health club, where three ping-pong tables are set up in a studio. And space is limited, so at every table, one pair of players practices forehands, another practices backhands, and every now and then, the balls collide in midair and everybody says, "Wow!" Then, choosing lots, we select partners and play doubles. But I honestly couldn't tell you who's won, because we change partners every five minutes. And everybody is trying really hard to win points, but nobody is keeping track of who is winning games. And after an hour or so of furious exertion, I can honestly tell you that not knowing who has won feels like the ultimate victory.
Cada dos noches en Japón, salgo de mi apartamento, subo una colina por 15 minutos, y me dirijo a mi gimnasio local, donde se han instalado tres mesas de pimpón. Hay poco espacio, entonces en cada mesa, un par de jugadores dan golpes de derecha, mientras que los otros dan golpes de revés, y cada vez que las bolas chocan en el aire, todos dicen: "¡Guau!". Luego, echamos a suertes los equipos y jugamos dobles. Pero nunca sé quién acaba ganando, porque cambiamos de compañeros cada cinco minutos. Y todos se esfuerzan mucho para ganar puntos, pero nadie lleva cuenta de las victorias y las derrotas. Tras alrededor de una hora de esfuerzo extremo, les puedo decir sinceramente que no saber quién ha ganado se siente como la victoria definitiva.
In Japan, it's been said, they've created a competitive spirit without competition.
En Japón, se ha dicho que se ha establecido un espíritu competitivo sin la competencia.
Now, all of you know that geopolitics is best followed by watching ping-pong.
Todos saben que, tras la geopolítica, lo mejor es ver el pimpón.
(Laughter)
(Risas)
The two strongest powers in the world were fiercest enemies until, in 1972, an American ping-pong team was allowed to visit Communist China. And as soon as the former adversaries were gathered around some small green tables, each of them could claim a victory, and the whole world could breathe more easily. China's leader, Mao Zedong, wrote a whole manual on ping-pong, and he called the sport "a spiritual nuclear weapon." And it's been said that the only honorary lifelong member of the US Table Tennis Association is the then-President Richard Nixon, who helped to engineer this win-win situation through ping-pong diplomacy. But long before that, really, the history of the modern world was best told through the bouncing white ball.
Las dos potencias mundiales más fuertes eran feroces enemigos hasta 1972, cuando un equipo de pimpón estadounidense tuvo permiso para visitar la China comunista. Y en cuanto los antiguos adversarios se reunieron alrededor de unas pequeñas mesas verdes, cada uno de ellos podía afirmar una victoria, y todo el mundo podía respirar más fácilmente. El líder de China, Mao Zedong, escribió un manual de pimpón, y describió el deporte como "un arma nuclear espiritual". Se ha dicho que el único miembro honorario de toda la vida de la Asociación de Tenis de Mesa estadounidense es el entonces presidente Richard Nixon, que ayudó a elaborar esta situación en la que todos ganan a través de la diplomacia de pimpón. Pero mucho antes de eso, la historia del mundo moderno se contaba mejor con la pelota blanca de pimpón.
"Ping-pong" sounds like a cousin of "sing-song," like something Eastern, but actually, it's believed that it was invented by high-class Brits during Victorian times, who started hitting wine corks over walls of books after dinner.
El "pimpón" suena como un primo de "canción," como algo del Oriente, pero, de hecho, se cree que fue inventado por británicos de clase alta en la época victoriana, que golpeaban corchos de vino contra paredes de libros después de cenar.
(Laughter)
(Risas)
No exaggeration.
No estoy exagerando.
(Laughter)
(Risas)
And by the end of World War I, the sport was dominated by players from the former Austro-Hungarian Empire: eight out of nine early world championships were claimed by Hungary. And Eastern Europeans grew so adept at hitting back everything that was hit at them that they almost brought the whole sport to a standstill. In one championship match in Prague in 1936, the first point is said to have lasted two hours and 12 minutes. The first point! Longer than a "Mad Max" movie. And according to one of the players, the umpire had to retire with a sore neck before the point was concluded.
Y al final de la Primera Guerra Mundial, el deporte estaba dominado por jugadores del antiguo Imperio austrohúngaro: Hungría ganó ocho de los nueve primeros campeonatos mundiales. Y los europeos del este se convirtieron en expertos en el arte de devolver todo lo que se golpeaba hacia ellos, hasta tal punto que casi paralizaron el deporte. Durante un partido de pimpón en Praga en 1936, se cuenta que el primer punto duró dos horas y 12 minutos. ¡Solo el primer punto! Duró más que una película de "Mad Max". Y según uno de los jugadores, el árbitro debió retirarse por dolor de cuello antes de que se terminara el punto.
(Laughter)
(Risas)
That player started hitting the ball back with his left hand and dictating chess moves between shots.
Ese jugador empezó a devolver la pelota con la mano izquierda y dictó jugadas de ajedrez entre golpes.
(Laughter)
(Risas)
Many in the audience started, of course, filing out, as that single point lasted maybe 12,000 strokes. And an emergency meeting of the International Table Tennis Association had to be held then and there, and soon the rules were changed so that no game could last longer than 20 minutes.
Claro que muchos espectadores empezaron a salir, porque ese punto entero duró más o menos 12 000 golpes. Una reunión de emergencia de la Asociación Internacional del Tenis de Mesa debió tener lugar entonces y allí, y pronto se cambiaron las reglas para que ningún partido pudiera durar más que 20 minutos.
(Laughter)
(Risas)
Sixteen years later, Japan entered the picture, when a little-known watchmaker called Hiroji Satoh showed up at the world championships in Bombay in 1952. And Satoh was not very big, he wasn't highly rated, he was wearing spectacles, but he was armed with a paddle that was not pimpled, as other paddles were, but covered by a thick spongy rubber foam. And thanks to this silencing secret weapon, the little-known Satoh won a gold medal. One million people came out into the streets of Tokyo to greet him upon his return, and really, Japan's postwar resurgence was set into motion.
16 años más tarde, Japón entró en escena, cuando un relojero poco conocido llamado Hiroji Satoh participó en el campeonato mundial de 1952 en Bombay. Satoh no era muy grande, era poco reconocido, llevaba gafas, pero estaba armado con una pala que no tenía picos, a diferencia de otras palas, pero estaba cubierta de una espuma gruesa y esponjosa de caucho. Y gracias a esta arma secreta silenciosa, el Satoh poco conocido ganó una medalla de oro. Un millón de personas salieron a las calles de Tokio para saludarlo a su regreso, y eso es lo que marcó el resurgimiento de Japón después de la guerra.
What I learned, though, at my regular games in Japan, is more what could be called the inner sport of global domination, sometimes known as life. We never play singles in our club, only doubles, and because, as I say, we change partners every five minutes, if you do happen to lose, you're very likely to win six minutes later. We also play best-of-two sets, so often, there's no loser at all. Ping-pong diplomacy.
Lo que aprendí durante mis partidos frecuentes en Japón, es más lo que se podría llamar el deporte interior del dominio global, a veces conocido como la vida. Nunca jugamos partidos de individuales en nuestro club, solo partidos de dobles, y dado que, como ya les dije, cambiamos de compañeros cada cinco minutos, si terminan por perder, es probable que ganen seis minutos más tarde. También decidimos el ganador después de dos sets, entonces no suele haber ningún perdedor. La diplomacia de pimpón.
And I always remember that as a boy growing up in England, I was taught that the point of a game was to win. But in Japan, I'm encouraged to believe that, really, the point of a game is to make as many people as possible around you feel that they are winners. So you're not careening up and down as an individual might, but you're part of a regular, steady chorus. The most skillful players in our club deploy their skills to turn a 9-1 lead for their team into a 9-9 game in which everybody is intensely involved. And my friend who hits these high, looping lobs that smaller players flail at and miss -- well, he wins a lot of points, but I think he's thought of as a loser. In Japan, a game of ping-pong is really like an act of love. You're learning how to play with somebody, rather than against her.
Siempre recuerdo que al crecer en Inglaterra como niño, me enseñaron que el objetivo de un juego era ganar. Pero en Japón, fui animado a creer que el verdadero objetivo de un juego es asegurarme de que tantas personas a mi alrededor como fuera posible se sintieran como ganadores. No se trata de altibajos individuales, sino de ser parte de un coro regular y estable. Los jugadores más dotados en nuestro club se sirven de su talento para transformar una ventaja de 9-1 para su equipo en un partido de 9-9 en el que todos participan muchísimo. Y mi amigo que hace estos globos muy altos que los jugadores más pequeños intentan devolver, sin éxito ... él gana muchos puntos, pero creo que se considera perdedor. En Japón, un partido de pimpón es igual a un acto de amor. Aprenden a jugar con alguien, en vez de contra alguien.
And I'll confess, at first, this seemed to me to take all the fun out of the sport. I couldn't exult after a tremendous upset victory against our strongest players, because six minutes later, with a new partner, I was falling behind again. On the other hand, I never felt disconsolate. And when I flew away from Japan and started playing singles again with my English archrival, I noticed that after every defeat, I was really brokenhearted. But after every victory, I couldn't sleep either, because I knew there was only one way to go, and that was down.
Y lo admito, al principio, esto me pareció que quitaba toda la diversión al deporte. No podía celebrar después de una tremenda victoria contra nuestros mejores jugadores, porque seis minutos más tarde, con un nuevo compañero, perdía de nuevo. Por otro lado, nunca me sentí desconsolado. Cuando me fui de Japón y empecé a jugar individuales con mi gran rival inglés, noté que, tras cada derrota, yo tenía el corazón roto. Pero tras cada victoria, tampoco podía dormir, porque sabía que tenía solo un camino: el descenso.
Now, if I were trying to do business in Japan, this would lead to endless frustration. In Japan, unlike elsewhere, if the score is still level after four hours, a baseball game ends in a tie, and because the league standings are based on winning percentage, a team with quite a few ties can finish ahead of a team with more victories.
Si intentara hacer negocios en Japón, esto llevaría a una frustración perpetua. En Japón, a diferencia de otros países, si el marcador permanece en empate después de cuatro horas, un partido de béisbol acaba en empate, y puesto que la clasificación de la liga se basa en el porcentaje de victorias, un equipo con unos empates puede terminar adelante de un equipo con más victorias.
One of the first times an American was ever brought over to Japan to lead a professional Japanese baseball team, Bobby Valentine, in 1995, he took this really mediocre squad, he lead them to a stunning second-place finish, and he was instantly fired. Why? "Well," said the team spokesman, "because of his emphasis on winning."
Una de las primeras veces que trajeron a un estadounidense a Japón para que dirigiera un equipo de béisbol japonés profesional, Bobby Valentine, en 1995, se encargó de un equipo muy mediocre, lo llevó a que finalizara en segundo lugar, y lo despidieron instantáneamente. ¿Por qué? "Bueno," dijo el portavoz del equipo, "a causa de su insistencia en ganar".
(Laughter)
(Risas)
Official Japan can feel quite a lot like that point that was said to last two hours and 12 minutes, and playing not to lose can take all the imagination, the daring, the excitement, out of things.
El Japón oficial puede parecerse mucho a ese punto que supuestamente duró dos horas y 12 minutos, y jugar para no perder puede quitar la imaginación, la audacia y el placer de todo.
At the same time, playing ping-pong in Japan reminds me why choirs regularly enjoy more fun than soloists. In a choir, your only job is to play your small part perfectly, to hit your notes with feeling, and by so doing, to help to create a beautiful harmony that's much greater than the sum of its parts. Yes, every choir does need a conductor, but I think a choir releases you from a child's simple sense of either-ors. You come to see that the opposite of winning isn't losing -- it's failing to see the larger picture.
Al mismo tiempo, jugar al pimpón en Japón me recuerda por qué los coros se divierten mucho más que los solistas. En un coro, su único trabajo es cantar su parte perfectamente, llegar a sus notas con emoción, y así poder ayudar a crear una magnífica armonía que es mucho más poderosa que la suma de sus partes. Sí, cada coro necesita un director de orquesta, pero creo que un coro los libera del simple sentido de un niño de uno u otro. Se llega a comprender que lo contrario de ganar no es perder, es negarse a ver la situación en su conjunto.
As my life goes on, I'm really startled to see that no event can properly be assessed for years after it has unfolded. I once lost everything I owned in the world, every last thing, in a wildfire. But in time, I came to see that it was that seeming loss that allowed me to live on the earth more gently, to write without notes, and actually, to move to Japan and the inner health club known as the ping-pong table. Conversely, I once stumbled into the perfect job, and I came to see that seeming happiness can stand in the way of true joy even more than misery does.
Conforme pasa mi vida, me alarma mucho que acontecimientos tarden tantos años en evaluarse adecuadamente. Un día, perdí todo lo que poseía, absolutamente todo, en un incendio. Pero con el tiempo, llegué a entender que fue esa pérdida aparente lo que me permitió vivir en la Tierra más tranquilamente, escribir sin notas, y mudarme a Japón donde hay ese centro deportivo interior conocido como la mesa de pimpón. Por el contrario, una vez encontré por accidente el trabajo perfecto, y llegué a entender que esa felicidad aparente puede obstaculizar la verdadera alegría incluso más que la tristeza.
Playing doubles in Japan really relieves me of all my anxiety, and at the end of an evening, I notice everybody is filing out in a more or less equal state of delight. I'm reminded every night that not getting ahead isn't the same thing as falling behind any more than not being lively is the same thing as being dead. And I've come to understand why it is that Chinese universities are said to offer degrees in ping-pong, and why researchers have found that ping-pong can actually help a little with mild mental disorders and even autism. But as I watch the 2020 Olympics in Tokyo, I'm going to be keenly aware that it won't be possible to tell who's won or who's lost for a very long time.
Jugar dobles en Japón me libera de toda mi ansiedad, y al final de una tarde, noto que todos salen en un estado de deleite más o menos parecido. Todas las tardes me recuerdan que no salir adelante no es lo mismo que quedarse atrás que no estar lleno de vida no equivale a estar muerto. He llegado a comprender por qué se dice que las universidades chinas ofrecen diplomas en pimpón, y por qué investigadores han afirmado que el pimpón puede ayudar un poquito con trastornos mentales leves e incluso con el autismo. Pero cuando vea las Olimpiadas de 2020 en Tokio, estaré completamente consciente de que no será posible diferenciar los ganadores de los perdedores durante mucho tiempo.
You remember that point I mentioned that was said to last for two hours and 12 minutes? Well, one of the players from that game ended up, six years later, in the concentration camps of Auschwitz and Dachau. But he walked out alive. Why? Simply because a guard in the gas chamber recognized him from his ping-pong playing days. Had he been the winner of that epic match? It hardly mattered. As you recall, many people had filed out before even the first point was concluded. The only thing that saved him was the fact that he took part.
¿Recuerdan ese punto que mencioné que supuestamente duró dos horas y 12 minutos? Uno de los jugadores de ese partido terminó, seis años más tarde, en los campos de concentración de Auschwitz y Dachau. Pero salió con vida. ¿Por qué? Sencillamente porque un guardia en la cámara de gas lo reconoció de sus días como jugador de pimpón. ¿Había ganado ese épico partido? Apenas importaba. Como recuerdan, mucha gente había salido antes de que se terminara el primer punto. Lo único que le salvó la vida fue el hecho de que había participado.
The best way to win any game, Japan tells me every other night, is never, never to think about the score.
La mejor manera de ganar cualquier partido, me dice Japón cada dos tardes, es nunca, nunca pensar en el marcador.
Thank you.
Gracias.
(Applause)
(Aplausos)