There's a question I've been puzzling over and writing about for pretty much all of my adult life. Why do some large-scale crises jolt us awake and inspire us to change and evolve while others might jolt us a bit, but then it's back to sleep? Now, the kind of shocks I'm talking about are big -- a cataclysmic market crash, rising fascism, an industrial accident that poisons on a massive scale. Now, events like this can act like a collective alarm bell. Suddenly, we see a threat, we get organized. We discover strength and resolve that was previously unimaginable. It's as if we're no longer walking, but leaping. Except, our collective alarm seems to be busted. Faced with a crisis, we often fall apart, regress and that becomes a window for antidemocratic forces to push societies backwards, to become more unequal and more unstable.
Hay una cuestión a la que siempre vuelvo y sobre la que he escrito durante mucho tiempo de mi vida. ¿Por qué algunas crisis a gran escala nos despiertan de golpe e inspiran a cambiar y evolucionar, mientras que otras nos sacuden solo un poco, y después nos volvemos a dormir? Me refiero a las grandes crisis: un cataclismo en el mercado, un fascismo creciente, un accidente industrial que envenene a escala masiva. Eventos como estos fungen como alarmas colectivas. De repente, ante una amenaza nos organizamos. Encontramos la fuerza para resolver cosas antes inimaginables. Es como si en vez de caminar diéramos saltos. Excepto que a veces nuestra alarma colectiva parece estar averiada. Ante una crisis, a menudo nos separamos, retrocedemos, y eso se vuelve una oportunidad para que las fuerzas antidemocráticas hagan que las sociedades retrocedan, que se vuelvan más injustas e inestables.
Ten years ago, I wrote about this backwards process and I called it the "Shock Doctrine." So what determines which road we navigate through crisis? Whether we grow up fast and find those strengths or whether we get knocked back. And I'd say this is a pressing question these days. Because things are pretty shocking out there. Record-breaking storms, drowning cities, record-breaking fires threatening to devour them, thousands of migrants disappearing beneath the waves. And openly supremacist movements rising, in many of our countries there are torches in the streets. And now there's no shortage of people who are sounding the alarm. But as a society, I don't think we can honestly say that we're responding with anything like the urgency that these overlapping crises demand from us. And yet, we know from history that it is possible for crisis to catalyze a kind of evolutionary leap.
Hace diez años, escribí sobre este proceso de retroceso y lo llamé "Doctrina del choque". ¿Qué determina el camino que tomaremos para superar una crisis? El que maduremos rápido y encontremos esas habilidades o que encontremos trabas. Diría que es una cuestión apremiante estos días porque las cosas allá afuera son estremecedoras. Tormentas sin precedentes, inundaciones en ciudades, incendios nunca antes vistos amenazando con devorarlas, miles de migrantes desapareciendo bajo las olas. Movimientos racistas en aumento, en muchos de nuestros países hay disturbios en las calles. Ahora no hay escasez de gente haciendo sonar la alarma, pero como sociedad, no creo que podamos decir con honestidad que estamos respondiendo con la urgencia que estas crisis simultáneas exigen de nosotros. Sin embargo, gracias a la historia sabemos que las crisis pueden catalizar una especie de salto evolutivo.
And one of the most striking examples of this progressive power of crisis is the Great Crash of 1929. There was the shock of the sudden market collapse followed by all of the aftershocks, the millions who lost everything thrown onto breadlines. And this was taken by many as a message that the system itself was broken. And many people listened and they leapt into action. In the United States and elsewhere, governments began to weave a safety net so that the next time there was a crash there would be programs like social security to catch people. There were huge job-creating public investments in housing, electrification and transit. And there was a wave of aggressive regulation to reign in the banks.
Uno de los ejemplos más notables del poder renovador de las crisis es la Gran Depresión de 1929. Después del impacto del repentino colapso del mercado y de todas sus repercusiones, los millones de personas que perdieron todo se abalanzaron a pedir ayuda social. Muchos lo tomaron como indicador de que el sistema mismo estaba descompuesto. Y muchos escucharon y saltaron a la acción. En EE. UU. y otros lugares, los gobiernos entretejieron una red de seguridad para que la próxima vez que hubiese un colapso, hubiera programas de seguridad social para amparar a la gente. Hubo grandes inversiones públicas para crear empleos en los sectores inmobiliario, eléctrico y de tránsito. Y hubo una oleada de regulaciones enérgicas que imperó en los bancos.
Now, these reforms were far from perfect. In the US, African American workers, immigrants and women were largely excluded. But the Depression period, along with the transformation of allied nations and economies during the World War II effort, show us that it is possible for complex societies to rapidly transform themselves in the face of a collective threat. Now, when we tell this story of the 1929 Crash, that's usually the formula that it follows -- that there was a shock and it induced a wake-up call and that produced a leap to a safer place.
Estas reformas estaban lejos de ser perfectas. En EE. UU., los obreros afroamericanos, inmigrantes y mujeres fueron excluidos en gran medida. Pero el periodo de la Depresión, junto con el esfuerzo de transformación de las naciones y economías aliadas durante la II Guerra Mundial, nos muestra que las sociedades complejas pueden transformarse rápidamente ante una amenaza colectiva. Cuando contamos la historia de la Gran Depresión de 1929, usualmente seguimos la misma fórmula: hubo un colapso, ese colapso fue un llamado de alerta que nos condujo a un lugar más seguro.
Now, if that's really what it took, then why isn't it working anymore? Why do today's non-stop shocks -- why don't they spur us into action? Why don't they produce leaps? Especially when it comes to climate change.
Si un colapso fue lo que se necesitó, entonces ¿por qué no funciona igual ahora? ¿Por qué las crisis constantes de hoy no nos incentivan a la acción? ¿Por qué no nos impulsan? En especial cuando se trata del cambio climático.
So I want to talk to you today about what I think is a much more complete recipe for deep transformation catalyzed by shocking events. And I'm going to focus on two key ingredients that usually get left out of the history books.
Así que hoy quiero hablarles de lo que creo que es una receta de transformación, mucho más completa, catalizada por eventos estremecedores. Y voy a concentrarme en dos ingredientes claves frecuentemente dejados de lado en los libros de historia.
One has to do with imagination, the other with organization. Because it's in the interplay between the two where revolutionary power lies. So let's start with imagination. The victories of the New Deal didn't happen just because suddenly everybody understood the brutalities of laissez-faire. This was a time, let's remember, of tremendous ideological ferment, when many different ideas about how to organize societies did battle with one another in the public square. A time when humanity dared to dream big about different kinds of futures, many of them organized along radically egalitarian lines. Now, not all of these ideas were good but this was an era of explosive imagining. This meant that the movements demanding change knew what they were against -- crushing poverty, widening inequality -- but just as important, they knew what they were for. They had their "no" and they had their "yes," too. They also had very different models of political organization than we do today.
Uno se relaciona con la imaginación, el otro se relaciona con la organización; porque en la interacción entre ambos yace el poder revolucionario. Comencemos con la imaginación. Las victorias del Nuevo Trato no ocurrieron solo porque repentinamente todos entendieran las brutalidades del "laissez-faire". Recordemos, esa fue una época de tremenda agitación ideológica, en la que muchas ideas diferentes sobre cómo organizar la sociedad luchaban unas con otras en la esfera pública. Un tiempo en el que la humanidad se atrevió a soñar en grande sobre los distintos tipos de futuros, muchos de ellos organizados por principios igualitarios radicales. Ahora bien, no todas esas ideas eran buenas pero fue una época de imaginación explosiva. Esto significó que los movimientos que exigían un cambio sabían contra qué luchaban: pobreza devastadora, desigualdad creciente... Pero tan importante como eso, sabían a favor de qué estaban. Sabían a qué decían "no" y a qué decían "sí", también. También tenían modelos de organización política muy diferentes a los de hoy en día.
For decades, social and labor movements had been building up their membership bases, linking their causes together and increasing their strength. Which meant that by the time the Crash happened, there was already a movement that was large and broad enough to, for instance, stage strikes that didn't just shut down factories, but shut down entire cities. The big policy wins of the New Deal were actually offered as compromises. Because the alternative seemed to be revolution.
Por décadas, los movimientos sociales y del trabajo habían estado construyendo las bases de su afiliación, incorporando causas e incrementando su fuerza. Cuando la Depresión ocurrió, significó que ya había un movimiento lo suficientemente grande y extenso para, por ejemplo, hacer huelgas que no solo cerraron fábricas, sino que paralizaron ciudades enteras. Los logros de la gran política del "Nuevo Trato" se volvieron compromisos porque la alternativa parecía ser la revolución.
So, let's adjust that equation from earlier. A shocking event plus utopian imagination plus movement muscle, that's how we get a real leap.
Así que, ajustemos la ecuación anterior. Un evento estremecedor más imaginación utópica, más trabajo arduo, así es como damos un verdadero salto.
So how does our present moment measure up? We are living, once again, at a time of extraordinary political engagements. Politics is a mass obsession. Progressive movements are growing and resisting with tremendous courage. And yet, we know from history that "no" is not enough. Now, there are some "yeses" out there that are emerging. And they're actually getting a lot bolder quickly. Where climate activists used to talk about changing light bulbs, now we're pushing for 100 percent of our energy to come from the sun, wind and waves, and to do it fast. Movements catalyzed by police violence against black bodies are calling for an end to militarized police, mass incarceration and even for reparations for slavery. Students are not just opposing tuition increases, but from Chile to Canada to the UK, they are calling for free tuition and debt cancellation. And yet, this still doesn't add up to the kind of holistic and universalist vision of a different world than our predecessors had. So why is that?
Y, ¿cómo evaluamos nuestro momento actual? Estamos viviendo, otra vez, en una época de extraordinario compromiso político. La política es una obsesión masiva. Los movimientos progresistas están creciendo y resistiendo valientemente. Sin embargo, gracias a la historia sabemos que un "no" no es suficiente. Ahora bien, hay algunos "sí" que están emergiendo allá afuera y se están volviendo más audaces rápidamente. Mientras los activistas del cambio climático hablaban de cambiar bombillas, ahora luchamos para que el 100 % de nuestra energía provenga del sol, viento y olas, y queremos que sea pronto. Los movimientos causados por la violencia policíaca hacia personas de color exigen que se ponga fin a la policía militarizada, la encarcelación masiva, e incluso que se repare el daño de la esclavitud. Los estudiantes no solo se oponen a los incrementos en las colegiaturas, en Chile, Canadá, el Reino Unido, exigen que las colegiaturas sean gratuitas y que se les anulen los adeudos. Sin embargo, esto aún no contribuye al tipo de visión holística y universal de un mundo distinto del que nuestros predecesores tuvieron. ¿A qué se debe eso?
Well, very often we think about political change in defined compartments these days. Environment in one box, inequality in another, racial and gender justice in a couple of other boxes, education over here, health over there. And within each compartment, there are thousands upon thousands of different groups and NGOs, each competing with one another for credit, name recognition and of course, resources. In other words, we act a lot like corporate brands. Now, this is often referred to as the problem of silos. Now, silos are understandable. They carve up our complex world into manageable chunks. They help us feel less overwhelmed. But in the process, they also train our brains to tune out when somebody else's issue comes up and when somebody else's issue needs our help and support. And they also keep us from seeing glaring connections between our issues.
Bueno, muy a menudo pensamos en el cambio político como en compartimentos delimitados hoy en día. El medio ambiente en una caja, la desigualdad en otra, la justicia racial y de género en otras dos cajas, la educación por aquí, la salud por allá. Y en cada compartimento, hay miles de miles de grupos de diferentes ONG compitiendo las unas con las otras por créditos, prestigio, y claro, recursos. En otras palabras, nos comportamos muy parecido a las marcas corporativas. A menudo a esto se le refiere como el problema de los silos. Los silos son fáciles de entender. Organizan nuestro mundo complejo en pedacitos digeribles. Nos ayudan a sentirnos menos agobiados. Pero en el proceso, también enseñan a nuestro cerebro a desconectarse de los problemas de los demás cuando los problemas ajenos necesitan nuestra ayuda y apoyo. Y también nos impiden ver las conexiones evidentes entre nuestros problemas.
So for instance, the people fighting poverty and inequality rarely talk about climate change. Even though we see time and again that it's the poorest of people who are the most vulnerable to extreme weather. The climate change people rarely talk about war and occupation. Even though we know that the thirst for fossil fuels has been a major driver of conflict. The environmental movement has gotten better at pointing out that the nations that are getting hit hardest by climate change are populated overwhelmingly by black and brown people. But when black lives are treated as disposable in prisons, in schools and on the streets, these connections are too rarely made.
Por ejemplo, la gente que lucha contra la pobreza y desigualdad rara vez habla del cambio climático. Aunque veamos una y otra vez que la gente más pobre es la más vulnerable al clima extremo. Los activistas del cambio climático rara vez hablan de guerra y ocupación. Aunque sepamos que la sed de combustibles fósiles ha sido una causa importante de conflicto. El movimiento verde nos ha señalado cada vez más claramente que los países más afectados por el cambio climático están poblados en su gran mayoría por gente de color. Pero cuando a la vida de la gente de color se le concibe como desechable en las prisiones, escuelas o calles, rara vez hacemos estas conexiones.
The walls between our silos also means that our solutions, when they emerge, are also disconnected from each other. So progressives now have this long list of demands that I was mentioning earlier, those "yeses." But what we're still missing is that coherent picture of the world we're fighting for. What it looks like, what it feels like, and most of all, what its core values are. And that really matters. Because when large-scale crises hit us and we are confronted with the need to leap somewhere safer, there isn't any agreement on what that place is. And leaping without a destination looks a lot like jumping up and down.
Los muros que dividen los silos hacen que nuestras soluciones, cuando éstas emergen, también estén desconectadas las unas de las otras. Los progresistas ahora tienen una larga lista de demandas, como mencioné antes, esos "sí". Pero lo que aún no vemos es una imagen articulada del mundo por el que luchamos. De cómo luce, de cómo se siente, y sobre todo, de sus valores fundamentales. Y eso realmente importa. Porque cuando las crisis a gran escala nos afectan y enfrentamos la necesidad de movernos a un lugar más seguro, no sabemos con certeza cuál es ese lugar. Y movernos sin destino fijo es como saltar de arriba a abajo.
(Laughter)
(Risas)
Fortunately, there are all kinds of conversations and experiments going on to try to overcome these divisions that are holding us back. And I want to finish by talking about one of them.
Afortunadamente, hay todo tipo de diálogos y experimentos en marcha tratando de superar las divisiones que nos retienen. Quiero finalizar hablándoles de una de ellas.
A couple of years ago, a group of us in Canada decided that we were hitting the limits of what we could accomplish in our various silos. So we locked ourselves in a room for two days, and we tried to figure out what bound us together. In that room were people who rarely get face to face. There were indigenous elders with hipsters working on transit. There was the head of Greenpeace with a union leader representing oil workers and loggers. There were faith leaders and feminist icons and many more. And we gave ourselves a pretty ambitious assignment: agreeing on a short statement describing the world after we win. The world after we've already made the transition to a clean economy and a much fairer society. In other words, instead of trying to scare people about what will happen if we don't act, we decided to try to inspire them with what could happen if we did act.
Hace unos años, un grupo de nosotros en Canadá decidimos que estábamos llegando a un límite de lo que podíamos lograr en nuestros diversos silos. Así que nos encerramos en una habitación durante dos días, y tratamos de averiguar qué nos unía. En esa habitación había gente que rara vez se encuentra junta. Había indígenas mayores con hipsters que trabajan en tránsito. Estaba el director de Greenpeace con un líder sindical que representaba a empleados petroleros y leñadores. Había líderes religiosos e iconos feministas y muchos otros. Y nos dimos a la ambiciosa tarea de convenir en una descripción breve del mundo, después de que triunfáramos; del mundo después de que hubiéramos hecho la transición a una economía verde y hacia una sociedad más justa. En otras palabras, en vez de asustar a la gente sobre lo que pasaría si no actuáramos, decidimos tratar de inspirarla.
Sensible people are always telling us that change needs to come in small increments. That politics is the art of the possible and that we can't let the perfect be the enemy of the good. Well, we rejected all of that. We wrote a manifesto, and we called it "The Leap." I have to tell you that agreeing on our common "yes" across such diversity of experiences and against a backdrop of a lot of painful history was not easy work. But it was also pretty thrilling. Because as soon as we gave ourselves permission to dream, those threads connecting much of our work became self-evident.
La gente sabia siempre dice que el cambio debe darse en pequeñas cantidades, que la política es el arte de lo posible, y que no debemos dejar que la perfección sea la enemiga de lo bueno. Bien, nosotros renegamos de todo eso. Escribimos un manifiesto, y lo nombramos "Dar el salto". Tengo que decirles, convenir en un "sí" en común, proveniente de experiencias tan diversas y con un telón de fondo de una historia muy dolorosa, no fue un trabajo sencillo. Pero fue también muy emocionante. Porque en cuanto nos permitimos soñar, esos hilos conectores de nuestro trabajo se hicieron evidentes.
We realized, for instance, that the bottomless quest for profits that is forcing so many people to work more than 50 hours a week, without security, and that is fueling this epidemic of despair is the same quest for bottomless profits and endless growth that is at the heart of our ecological crisis and is destabilizing our planet. It also became clear what we need to do. We need to create a culture of care-taking. In which no one and nowhere is thrown away. In which the inherent value of all people and every ecosystem is foundational. So we came up with this people's platform, and don't worry, I'm not going to read the whole thing to you out loud -- if you're interested, you can read it at theleap.org. But I will give you a taste of what we came up with.
Nos dimos cuenta, por ejemplo, de que la interminable búsqueda de ingresos que obliga a tanta gente a trabajar más de 50 horas a la semana, sin seguridad, y que aviva la epidemia de la desesperanza, es la misma búsqueda insaciable de ganancias e infinito crecimiento que está en el centro de nuestra crisis ecológica y desestabilización del planeta. También vimos claro qué hace falta hacer. Necesitamos crear una cultura del cuidado. En la que nadie ni nada sea desechado. En la que el valor inherente de la gente y de todos los ecosistemas sea la base. Así que creamos esta plataforma, --no se preocupen, no voy a leerles todo en voz alta-- si les interesa, pueden leerlo en la página theleap.org. Pero les voy a dar una probadita de lo que creamos.
So we call for that 100 percent renewable economy in a hurry, but we went further. Calls for new kinds of trade deals, a robust debate on a guaranteed annual income, full rights for immigrant workers, getting corporate money out of politics, free universal day care, electoral reform and more. What we discovered is that a great many of us are looking for permission to act less like brands and more like movements. Because movements don't care about credit. They want good ideas to spread far and wide. What I love about The Leap is that it rejects the idea that there is this hierarchy of crisis, and it doesn't ask anyone to prioritize one struggle over another or wait their turn. And though it was birthed in Canada, we've discovered that it travels well. Since we launched, The Leap has been picked up around the world with similar platforms, being written from Nunavut to Australia, to Norway to the UK and the US, where it's gaining a lot of traction in cities like Los Angeles, where it's being localized. And also in rural communities that are traditionally very conservative, but where politics is failing the vast majority of people.
Exigimos a la brevedad que la economía sea 100 % renovable, pero fuimos más lejos. Exigimos nuevas formas de comercio, un debate serio sobre un ingreso anual garantizado, todos los derechos para trabajadores inmigrantes, desvincular el dinero corporativo de la política, guarderías gratuitas universales, una reforma electoral y más. Descubrimos que la gran mayoría de nosotros estamos buscando permiso para actuar menos como marcas y más como movimientos. Porque a los movimientos no les importa el crédito. Quieren difundir buenas ideas a lo largo y ancho. Lo que me encanta de "Dar el salto" es que rechaza la idea de que hay una jerarquía de crisis, no da prioridad a ninguna lucha sobre otra, ni las pone en espera. Y aunque nació en Canadá, hemos descubierto que es universal. Desde su lanzamiento, "Dar el salto" ha sido adoptado en otros lados con plataformas similares, ha sido escrito desde Nunavut a Australia, Noruega, el Reino Unido, EE. UU., y está ganando mucha fuerza en ciudades como Los Ángeles, donde se está volviendo local. Y también en comunidades rurales tradicionalmente muy conservadoras, y donde la política le esté fallando a la gente.
Here's what I've learned from studying shocks and disasters for two decades. Crises test us. We either fall apart or we grow up fast. Finding new reserves of strength and capacity that we never knew we had. The shocking events that fill us with dread today can transform us, and they can transform the world for the better. But first we need to picture the world that we're fighting for. And we have to dream it up together. Right now, every alarm in our house is going off simultaneously. It's time to listen. It's time to leap.
Esto he aprendido estudiando crisis y desastres durante dos décadas. Las crisis nos ponen a prueba. O nos desmoronamos o crecemos rápido. Encontramos una fuerza y una capacidad que no sabíamos que teníamos. Los eventos estremecedores que nos llenan de temor hoy en día pueden transformarnos, y pueden transformar el mundo para bien. Pero primero necesitamos vislumbrar el mundo por el que luchamos. Y tenemos que soñarlo juntos. En este momento, todas las alarmas en nuestra casa se han activado. Es momento de escuchar. Es momento de dar un salto.
Thank you.
Gracias.
(Applause)
(Aplausos)