What does the French Revolution have to do with the time NASA accidentally crashed a $200 million orbiter into the surface of Mars? Actually, everything. That crash happened due to an error in converting between two measurement systems, U.S. customary units and their S.I, or metric, equivalence. So what's the connection to the French Revolution? Let's explain. For the majority of recorded human history, units like the weight of a grain or the length of a hand weren't exact and varied from place to place. And different regions didn't just use varying measurements. They had completely different number systems as well. By the late Middle Ages, the Hindu-Arabic decimal system mostly replaced Roman numerals and fractions in Europe, but efforts by scholars like John Wilkins to promote standard decimal-based measures were less successful. With a quarter million different units in France alone, any widespread change would require massive disruption. And in 1789, that disruption came. The leaders of the French Revolution didn't just overthrow the monarchy. They sought to completely transform society according to the rational principles of the Enlightenment. When the new government took power, the Academy of Sciences convened to reform the system of measurements. Old standards based on arbitrary authority or local traditions were replaced with mathematical and natural relationships. For example, the meter, from the Greek word for measure, was defined as 1/10,000,000 between the Equator and North Pole. And the new metric system was, in the words of the Marquis de Condorcet, "For all people, for all time." Standardizing measurements had political advantages for the Revolutionaries as well. Nobles could no longer manipulate local units to extract more rent from commoners, while the government could collect taxes more efficiently. And switching to a new Republican Calendar with ten-day weeks reduced church power by eliminating Sundays. Adoption of this new system wasn't easy. In fact, it was a bit of a mess. At first, people used new units alongside old ones, and the Republican Calendar was eventually abandoned. When Napoléon Bonaparte took power, he allowed small businesses to use traditional measurements redefined in metric terms. But the metric system remained standard for formal use, and it spread across the continent, along with France's borders. While Napoléon's empire lasted eight years, its legacy endured far longer. Some European countries reverted to old measurements upon independence. Others realized the value of standardization in an age of international trade. After Portugal and the Netherlands switched to metric voluntarily, other nations followed, with colonial empires spreading the system around the world. As France's main rival, Britain had resisted revolutionary ideas and retained its traditional units. But over the next two centuries, the British Empire slowly transitioned, first approving the metric system as an optional alternative before gradually making it offical. However, this switch came too late for thirteen former colonies that had already gained independence. The United States of America stuck with the English units of its colonial past and today remains one of only three countries which haven't fully embraced the metric system. Despite constant initiatives for metrication, many Americans consider units like feet and pounds more intuitive. And ironically, some regard the once revolutionary metric system as a symbol of global conformity. Nevertheless, the metric system is almost universally used in science and medicine, and it continues to evolve according to its original principles. For a long time, standard units were actually defined by carefully maintained physical prototypes. But thanks to improving technology and precision, these objects with limited access and unreliable longevity are now being replaced with standards based on universal constants, like the speed of light. Consistent measurements are such an integral part of our daily lives that it's hard to appreciate what a major accomplishment for humanity they've been. And just as it arose from a political revolution, the metric system remains crucial for the scientific revolutions to come.
¿Qué tiene que ver la Revolución Francesa con el momento en que la NASA estrelló accidentalmente un orbitador de $ 200 millones en la superficie de Marte? En realidad, todo. El accidente ocurrió debido a un error en la conversión entre dos sistemas de medición, las unidades tradicionales de EE. UU. y su S.I., o métrico, equivalente. Y ¿cuál es la conexión con la Revolución Francesa? Vamos a explicarla. Durante la mayor parte de la historia humana, unidades como el peso de un grano o el largo de una mano no fueron exactas y variaban de un lugar a otro. Y distintas regiones no solo utilizaban distintas mediciones, tenían sistemas numéricos completamente diferentes también. A finales de la Edad Media, el sistema decimal hindú-arábico reemplazó mayormente los números romanos y las fracciones de Europa, pero los esfuerzos de eruditos como John Wilkins de promover medidas estándares basadas en los decimales tuvieron menos éxito. Con un cuarto de millón de diferentes unidades solo en Francia, cualquier cambio generalizado requería una alteración masiva. Y en 1789, vino esa alteración. Los líderes de la Revolución francesa no solo derrocaron a la monarquía, sino que buscaron transformar por completo la sociedad de acuerdo con los principios racionales de la Ilustración. Cuando el nuevo gobierno asumió el poder, la Academia de Ciencias convocó a reformar el sistema de medición. Las antiguas normas basadas en la autoridad arbitraria o tradiciones locales se sustituyeron por relaciones matemáticas y naturales. Por ejemplo, el metro, de la palabra griega medir, se definió como 1 / 10 000 000 parte entre el ecuador y el polo norte. Y el nuevo sistema métrico era, en palabras del Marqués de Condorcet, "Para todas las personas, de todos los tiempos". La estandarización de las medidas tenía ventajas políticas para los revolucionarios también. Los nobles ya no podían manipular las unidades locales para extraer más alquiler a los plebeyos, mientras que el gobierno podía recaudar impuestos de manera más eficiente. Y el cambio a un nuevo calendario republicano con semanas de diez días reducía el poder de la Iglesia mediante la eliminación de los domingos. La adopción de este nuevo sistema no fue fácil. De hecho, fue un poco un desastre. Al principio, la gente utilizaba las nuevas unidades junto a las antiguas, y el calendario republicano fue finalmente abandonado. Cuando Napoleón Bonaparte tomó el poder, permitió a las pequeñas empresas utilizar mediciones tradicionales redefinidas en términos métricos. Pero el sistema métrico se mantuvo estándar para uso formal, y se extendió por todo el continente, a lo largo de las fronteras de Francia. Mientras que el imperio de Napoleón duró ocho años, su legado duró mucho más tiempo. Algunos países europeos volvieron a mediciones viejas al independizarse. Otras se dieron cuenta del valor de la normalización en una época de comercio internacional. Después que Portugal y Holanda pasaron al sistema métrico voluntariamente, otras naciones las siguieron, con imperios coloniales que difundieron el sistema por todo el mundo. Como principal rival de Francia, Gran Bretaña había resistido las ideas revolucionarias y conservado sus unidades tradicionales. Aun así, durante los siguientes dos siglos el Imperio Británico lentamente cambió, primero aprobando el sistema métrico como alternativa opcional para después hacerlo gradualmente oficial. Sin embargo, este cambio no llegó a tiempo a las trece antiguas colonias que ya habían logrado su independencia. Los EE. UU. mantuvo las unidades inglesas de su pasado colonial y hoy en día sigue siendo uno de los tres países que no han abrazado completamente el sistema métrico decimal. A pesar de las iniciativas constantes de conversión al sistema métrico, muchos estadounidenses consideran a los pies y las libras más intuitivas. E irónicamente, algunos consideran el sistema métrico revolucionario como símbolo de la conformidad global. Sin embargo, el sistema métrico se utiliza casi universalmente en ciencia y medicina, y continúa evolucionando de acuerdo a sus principios originales. Por mucho tiempo, las unidades estándar en realidad estaban definidas por cuidados prototipos físicos. Pero gracias a la mejora de la tecnología y la precisión, estos objetos con acceso limitado y de longevidad no fiable ahora están siendo reemplazados con normas basadas en constantes universales, como la velocidad de la luz. Las mediciones consistentes son una parte tan integral de nuestra vida cotidiana que es difícil apreciar el enorme logro que ha sido para la humanidad. Y del mismo modo que surgió de una revolución política,