Welcome to It Hurts!
¡Bienvenidos a “Eso duele”!
One of these creatures is thought to possess the world’s most painful insect sting. If you were to guess, would it be: the ant that forages in rainforest canopies? The bee that protects a hive of delectable honey? Or the wasp that paralyzes tarantulas? Let’s find out!
Se cree que uno de estos insectos causa la picadura más dolorosa del mundo. Si tuvieras que adivinar, sería: ¿la hormiga que busca alimento en el dosel arbóreo de la selva, la abeja que protege una colmena llena de deliciosa miel, o la avispa que paraliza a las tarántulas? ¡Vamos a averiguar!
Ant, bee, and wasp venoms contain a variable cocktail of compounds designed to incite unsavory sensations and even compromise bodily functions. Entomologist Justin O. Schmidt’s sting pain index describes and ranks the pain of around 100 kinds of insect stings. One of our three competitors claims the nastiest one.
El veneno de hormigas, abejas y avispas contiene un cóctel variable de compuestos que provocan sensaciones indeseables, y hasta comprometen funciones corporales. El índice de dolor por picadura del entomólogo Justin O. Schmidt describe y clasifica el dolor de casi 100 tipos de picaduras de insectos. Uno de nuestros tres competidores afirma ser el más desagradable.
First, let’s consider the Western honeybee’s sting, Schmidt says it’s like “a flaming match head has landed on your arm and is quenched first with lye and then sulfuric acid.” This discomfort is accomplished with venom that’s packed with a pain-causing peptide called “melittin” and flesh-softening enzymes that disperse the venom. These enzymes may also cause allergic reactions and even lead to fluid buildup in the lungs. Because worker honeybees have barbed stingers that burrow into certain victims, they usually can't sting without leaving part of their bodies behind, which ultimately kills them. Since only the queen bee has the ability to reproduce, a worker bee’s self-sacrifice helps ensure that the colony— and their genes— will prevail. But before they go, they release an alarm pheromone that activates a mass attack and often targets some of the most vulnerable sites on their victim’s body.
Primero, consideremos la picadura de la abeja occidental. Schmidt dice que es como si “un fósforo encendido nos hubiera caído en el brazo y los apagáramos primero con lejía y luego con ácido sulfúrico“. Esta incomodidad se da porque el veneno contiene un péptido que causa dolor, llamado “melitina”, y enzimas que relajan la carne para dispersar el veneno. Estas enzimas también pueden causar reacciones alérgicas e incluso provocar la acumulación de líquido en los pulmones. Debido a que las abejas obreras clavan sus aguijones con púas en sus víctimas, no pueden picar sin dejar allí parte de su cuerpo, por lo que finalmente mueren. Dado que solo la abeja reina tiene la capacidad de reproducirse, el autosacrificio de la abeja obrera ayuda a asegurar que la colonia, y sus genes, se perpetúen. Pero antes de marcharse, liberan una feromona de alarma que activa un ataque masivo, a menudo dirigido hacia algún sitio vulnerable en el cuerpo de su víctima.
The tarantula hawk wasp sting is, as Schmidt says, “blinding, fierce, shockingly electric ... A bolt out of the heavens. Lie down and scream.” The sensation might last just 5 agonizing minutes for humans, but it leaves tarantulas— the wasp’s preferred target— permanently paralyzed. After the wasp stings a tarantula, aiming for a crucial bundle of nerves, it lays an egg on the immobilized spider. Once hatched, the wasp’s larva spends its formative days in the bountiful environment of the tarantula’s body— devouring it alive. Aside from paralyzing the tarantula, the wasp’s sting doesn’t seem to do further harm. This functions to preserve the spider as fresh meat for the wasp’s offspring.
La picadura de la avispa cazatarántula es, como dice Schmidt, un dolor “cegador, feroz, sorprendentemente eléctrico... Un rayo de los cielos. Acuéstate y grita”. La sensación puede durar solo 5 agonizantes minutos para los humanos, pero deja a las tarántulas, el blanco preferido de las avispas, paralizadas para siempre. Tras haber picado a la tarántula, busca un punto nervioso clave y pone un huevo sobre la araña inmovilizada. Una vez que nace, la larva de la avispa se desarrolla en el generoso ambiente del cuerpo de la tarántula, devorándola vivo. Aparte de paralizar a la tarántula, la picadura de la avispa no parece hacer más daño. Esto es así para conservar la araña como carne fresca para la cría de la avispa.
The rainforest-dwelling bullet ant’s sting yields
La picadura de la hormiga bala que habita en la selva
“pure, intense, brilliant pain. Like walking over a flaming bed of charcoal with a 3-inch nail embedded in your heel,” according to Schmidt. And this torture often lasts more than 12 hours. A neurotoxic peptide called poneratoxin that our bodies struggle to degrade is what makes the pain last so long. In addition to agony, poneratoxin can induce trembling, cold sweats, nausea, vomiting, and even an abnormal heartbeat.
produce “un dolor puro, intenso y brillante. Como caminar sobre carbones encendidos con un clavo de 8 cm incrustado en el talón”, según Schmidt. Y esta tortura suele durar más de 12 horas. Un péptido neurotóxico llamado “poneratoxina”, que nuestro cuerpo lucha por degradar, es lo que perpetúa el dolor. Además de la agonía, la poneratoxina puede inducir temblores, sudores fríos, náuseas, vómitos, e incluso un latido anormal del corazón.
The bullet ant is, in fact, crowned with the most painful insect sting. It's thought that they may have evolved such an excruciating defense because they forage in rainforest canopies loaded with predators looking for proteinaceous snacks. They can’t simply jump or fly away, so perhaps they’re better off with this reliable, rather off-putting weapon. The tarantula hawk wasp’s formidable sting clocks in as the second most painful on the scale. And it’s likely the reason this wasp has no known predators. Honeybee stings are in the middle of the pain scale. But when many sting simultaneously, what might’ve felt manageable at first becomes all the more dangerous. In fact, insect stings helped enable the evolution of complex colonies that would otherwise represent an easy feast to predators.
Por cierto, la hormiga bala es el insecto que provoca la picadura más dolorosa. Se cree que pueden haber desarrollado una defensa tan insoportable. porque buscan comida en las copas arbóreas de la selva, llena de depredadores, para obtener aperitivos proteicos. No pueden simplemente saltar o volar, así que quizás estén mejor con esta arma confiable y bastante desagradable. La formidable picadura de la avispa cazatarántula aparece como la segunda más dolorosa en la escala. Quizá sea por eso que esta avispa no tiene depredadores conocidos. La picadura de abeja está en el medio de la escala de dolor. Pero cuando muchas pican a la vez, lo que podría haber sido manejable al principio se vuelve aún más peligroso. La picadura de insectos ayudó a la evolución de colonias complejas que de otro modo representarían un festín fácil para los depredadores.
Some stinging insects are, of course, more aggressive than others, but most of the time, they only sting us when we provoke them. The truth hurts.
Algunos insectos que pican son, por supuesto, más agresivo que otros, pero la mayoría de las veces, solo nos pican cuando los provocamos. La verdad duele.