Ser razonable es una excusa para ser mediocres. Juan Guerra nos cuenta cómo ha preferido aventarse a hacer cosas que parecían imposibles, antes de quedarse con la duda y nos invita a hacer lo mismo.
Ser razonable es una excusa para ser mediocres. Juan Guerra nos cuenta cómo ha preferido aventarse a hacer cosas que parecían imposibles, antes de quedarse con la duda y nos invita a hacer lo mismo.