This is it. Here we all are, together at last, to talk about optimism. If this isn't nice, I don't know what is.
Por fin. Por fin estamos aquí todos juntos, para hablar del optimismo. Si esto no es agradable, no sé si hay algo que pueda serlo.
Here's the problem: it's 2021. We are living through a global plague, one that revealed our worst instincts at the worst times. We are so divided that public health has become a power struggle. We pioneered a vaccine, a moon-landing level innovation, and then kept it among wealthy countries while poor ones suffered.
Porque el problema es el año 2021. Estamos atravesando una plaga mundial, que ha desvelado nuestros peores instintos en los momentos más duros. Estamos tan divididos que la salud pública se ha convertido en una lucha de poder. Fuimos pioneros en crear una vacuna, un avance equiparable a la llegada a la luna, pero la reservamos para los países ricos, dejando sufrir a los pobres.
Against this backdrop, isn't talking about optimism, like discussing pagers or horse-drawn carriages? Isn't optimism obsolete, backwards and naive, given all we've been through? Shouldn't it be replaced with a more up-to-date cognitive technology?
Con ese telón de fondo, hablar de optimismo ¿no es casi como hablar de localizadores o de carros de caballos? ¿No es el optimismo obsoleto, anticuado e ingenuo, frente a todo lo que hemos pasado? ¿No debería reemplazarse por una tecnología cognitiva más actual?
Well, lots of people have replaced it with cynicism: the notion that humanity is greedy, selfish and dishonest. In 1972, 45 percent of Americans thought that most people can be trusted. By 2018, that had dropped to about 30 percent. We are living through a cynicism epidemic. I should know -- last year, it infected me, and I'm supposed to be immune.
Muchos lo han reemplazado por cinismo: la idea de que la humanidad es codiciosa, egoísta y deshonesta. En 1972, el 45 % de los estadounidenses creía que la gente era digna de confianza, un porcentaje que descendió al 30 % en 2018. Estamos inmersos en una epidemia de cinismo. Lo sé de primera mano... el año pasado me infectó, y se supone que estoy inmunizado.
I'm a psychologist and neuroscientist, and my whole career, I've studied the sunny side of human nature. My lab and I have found that giving away money activates similar parts of your brain as eating chocolate, and that helping other people through their stress calms our own. Our punch line is clear: there is good in us, and it does good for us.
Soy psicólogo y neurocientífico, y toda mi carrera he investigado el lado positivo de la naturaleza humana. En mi laboratorio hemos descubierto que dar dinero activa las mismas áreas cerebrales que comer chocolate, y que ayudar a gente que sufre de estrés, alivia el nuestro propio. La clave es clara: existe bondad en nosotros y nos beneficia.
Now, people love hearing this, but in 2020, I started to hate saying it. I was building hope in others while losing my own. I was evangelizing for human kindness all day and then doomscrolling at night. I was peddling something that I would never want to buy anymore. I felt like a fraud, or, at best, maybe a fax-machine salesman.
Y esto es algo que gusta oír, pero que, en 2020, me disgustaba decir. Me dedicaba a inspirar ilusión en otros mientras perdía la mía. Predicaba la bondad humana de día y consumía noticias trágicas de noche. Anunciaba un producto que nunca más querría comprar. Me sentía como un defraudador, o, en el mejor de los casos, como un vendedor de máquinas de fax.
(Laughter)
(Risas)
But here's the thing. You might think that cynicism is a system upgrade that allows us to see who we really are. It's not. It traps us in a version of the world we don't want to live in, and one we don't have to.
Pero aquí va la cuestión. Podríamos considerar el cinismo como una actualización del sistema que nos permite conocer quiénes somos realmente. Pero no lo es. Nos atrapa en una versión del mundo en la que, ni deseamos vivir ni tenemos por qué hacerlo.
One of my favorite studies of all time occurred in southeastern Brazil. Two fishing villages there are separated by just 30 miles. One sits by the ocean, where fishing requires large boats and heavy equipment. To make a living there, fishermen must work together. The other sits by a lake, where fishermen strike out alone on small boats and compete with one another. Years ago, researchers tested how people in each of these villages responded to a set of social experiments. Ocean fishermen trusted strangers and cooperated with their neighbors. Lake fishermen competed and mistrusted instead. But here's the crazy part. These folks didn't start out any different from each other, but the longer fishermen worked on the lake, the more they competed. The longer they worked on the ocean, the less they did.
Uno de mis estudios favoritos tuvo lugar en el sureste de Brasil, donde hay dos pueblos pesqueros que distan unos 48 km. Un pueblo está situado cerca del océano, allí la pesca requiere grandes botes y un complejo utillaje, y para ganarse la vida los pescadores deben trabajar en equipo. El otro está junto a un lago, allí los pescadores salen solos en pequeñas barcas y compiten unos con otros. Hace años, los investigadores evaluaron cómo la gente de estos dos pueblos respondía ante una serie de experimentos sociales. Los del océano confiaban en los de fuera y cooperaban con sus vecinos, en cambio los del lago competían y desconfiaban. Pero esto es lo extraño: No había grandes diferencias entre ellos al inicio, pero cuanto más pescaban en el lago, más competían. Y cuanto más pescaban en el océano, menos.
Some families, schools and companies are like ocean villages. People trust, because they know others will earn it. Some are like lake towns -- people look out for themselves, because no one else will. Our social worlds shape us, like clay, into hopeful or cynical versions of ourselves. And right now, many of us are living in a lake town of historic proportion. Inequality has soared, injustice is all around, self-interest might as well be pumped into the water supply. These forces raise cynicism, and so do times of disaster. After the last 18 months, there's a real chance we could tip into a sort of cynical permafrost.
Algunas familias, escuelas y empresas son como el pueblo junto al océano, donde la gente confía, porque sabe que otros lo merecerán. Y otras son como el pueblo del lago, donde cada uno se ocupa de sí mismo, porque nadie más lo hará. La sociedad que nos rodea nos moldea como la arcilla y crea una versión optimista o cínica de nosotros mismos. En este momento, muchos vivimos en una ciudad junto al lago de dimensiones históricas. La desigualdad se ha disparado, la injusticia nos rodea, y el interés propio es tan corriente como el agua de nuestras casas. Esas fuerzas hacen surgir el cinismo, como en las épocas de desastres. Tras los últimos 18 meses, existe la probabilidad real de caer en una clase de permafrost de cinismo.
Now, I'm going to guess there may be some proud cynics in the audience today, and you might be thinking, "Good. More people should turn to the dark side. Optimism might feel nice -- so would calling tiramisu a health food, but we don't get to go around believing whatever we like." George Bernard Shaw tells us that the power of accurate observation is commonly called "cynicism" by those who haven't got it.
Ahora bien, voy a suponer que entre el público hay algunos cínicos convencidos, y puede que estén pensando: “Bueno, más gente debería pasarse al lado oscuro. El optimismo suena bien, igual que llamar al tiramisú comida sana, pero no vamos por ahí creyendo cualquier cosa”. George Bernard Shaw nos dice que el poder de la observación precisa se denomina comúnmente “cinismo” por aquellos que no la tienen.
(Laughter)
(Risas)
107 years later, the cartoon philosopher Lisa Simpson taught us that as intelligence goes up, happiness goes down. Maybe hope does, too. Maybe cynicism is the price of being right.
107 años más tarde, la filósofa animada Lisa Simpson nos enseña que conforme se eleva la inteligencia, la felicidad desciende. Y quizás la esperanza también. El cinismo podría ser el precio de tener razón.
Most people think so. 70 percent think cynics are smarter than noncynics; 85 percent think they would make better lie detectors. Most people are wrong. It turns out that cynics tend to perform less well than noncynics on cognitive tests. They earn less money, and they lose more often in negotiations. They're not even good at spotting bad guys. In one study, researchers conducted mock job interviews, asking half the candidates to lie and half to tell the truth. Cynics and noncynics watched videos of these interviews and guessed who was lying. And cynics did way worse. More generally, they assume liars are everywhere so can't pick real ones out of a crowd.
O así lo cree la mayoría. El 70 % cree que los cínicos son más inteligentes que el resto y el 85 % cree que hacen falta mejores detectores de mentiras. La mayoría están equivocados, pues resulta que los cínicos suelen salir peor parados en las pruebas cognitivas. Ganan menos dinero, y salen perdiendo más veces en las negociaciones. Ni siquiera se les da bien identificar a los tipos malos. En un estudio, los investigadores simularon entrevistas de trabajo, donde la mitad de los candidatos debía mentir y el resto decir la verdad. Cínicos y no cínicos vieron las entrevistas en video para adivinar quiénes mentían. Y los cínicos lo hicieron mucho peor, pues suelen asumir que hay mentirosos por todas partes, lo que les impide identificar a los reales de entre un grupo.
So cynicism might not be as smart as you think it is, but it's still powerful, because our stories about each other become self-fulfilling. Cynics are more likely to refuse intimacy and cooperation. They hurt others to avoid being hurt. They tend to spy on their colleagues and suspect their friends, and other people, unsurprisingly, react badly -- sometimes, acting selfishly in response. In other words, by mistreating others, cynics create the exact conditions they fear. They tell a story full of villains and end up living in it. I call this the cynicism trap, and my lab explores ways that people fall into it. In one study, we asked people how happiness works. Some thought that it's a zero-sum game, meaning that as one person's happiness goes up, another person's must go down. Now they're wrong. It turns out that when we act generously towards others, that tends to increase our happiness. But cynics acted on their illusion. When given chances to help strangers, they were less likely to do so. They ended up less happy as well. By hoarding well-being, they lost out on one of its key ingredients -- other people.
Así que el cinismo puede que no sea tan astuto como aparenta, pero aun así es poderoso, porque las historias que nos contamos acaban autocumpliéndose. Los cínicos son más propensos a rechazar la intimidad y la cooperación, hieren a otros para evitar ser heridos, suelen espiar a sus compañeros y desconfiar de sus amigos. Y los demás, lógicamente reaccionan mal, a veces, respondiendo de forma egoísta. En otras palabras, al maltratar a otros, los cínicos recrean el mismo escenario que ellos temen. Cuentan una historia de villanos y terminan siendo parte de ella. A esto lo llamo la trampa del cinismo, y mi laboratorio estudia de qué forma la gente cae en ella. En un estudio preguntamos cómo funciona la felicidad. Algunos pensaban que es un juego de suma cero, es decir, que para que alguien sea más feliz, otro debe serlo menos. Pero se equivocan, porque sucede que cuando somos generosos con los demás, nuestra felicidad suele aumentar. Pero los cínicos actuaron en su línea, desaprovechando con frecuencia las ocasiones de ayudar a extraños, por lo que además terminaron siendo más infelices. Al acaparar el bienestar, perdieron uno de sus ingredientes clave: Otras personas.
In other work, we asked Republicans and Democrats what it would mean to empathize with the other side. Some people saw politics as a war, and thought empathy would be as useful as bringing cotton candy to a gunfight. These folks didn't want to cooperate with the other side, or even to know them at all. In one study, we measured college students' cynicism about empathy and asked about the friends they made on campus. Here, each dot is a person, coded blue to red based on ideology, and each line is a friendship. Now, this was a pretty liberal campus, but nonetheless, noncynics managed to find ideologically diverse friends. Cynics stuck to their own kind. Now that's, of course, their right. But most of us wish our country was less divided, and empathy is critical to moving us towards that goal. By giving up on it, cynics lose that chance.
En otro estudio, preguntamos a varios republicanos y demócratas qué implicaría empatizar con el otro extremo. Algunos veían la política como una batalla, y pensaban que la empatía sería tan útil como usar algodón de azúcar en un tiroteo. Esos tipos no deseaban cooperar con el otro extremo, o incluso relacionarse con ellos. En otro estudio, medimos el cinismo en la empatía en estudiantes universitarios, y les preguntamos sobre sus amigos del campus. Cada punto representa una persona, en una escala de azul a rojo según su ideología, y cada línea representa una amistad. Se trataba de un campus bastante liberal, y sin embargo, los no cínicos lograron tener amigos de distintas ideologías, mientras que los cínicos se limitaban a los de su parecer. Están en su derecho, por supuesto, pero la mayoría querríamos ver un país menos dividido, y la empatía es clave para avanzar hacia tal objetivo. Al renunciar a ella, los cínicos pierden su oportunidad.
Our studies and many others give us a clear picture of the cynicism trap. When we decide everyone's out for themselves, we stop seeing their kindness. When we think the world is zero-sum, everyone becomes a potential enemy. These views spread across us, too. Parents pass on their suspicions to their kids. Politicians act in bad faith and damage voters' faith in each other. Media companies trade in judgment and outrage. Our cynicism is their product, and it is a growth industry.
Nuestros estudios y muchos otros dan una imagen precisa de la trampa del cinismo. Al decidir que cada uno debe valerse por sí mismo, renunciamos a ver la bondad en otros. Al creer que el mundo es de suma cero, convertimos a los demás en un enemigo potencial. Esto nos puede pasar a todos. Padres que transmiten sus recelos a sus hijos. Políticos que actúan de mala fe y dañan la confianza de los votantes. Medios de comunicación que comercian con los juicios y la indignación. Nuestro cinismo es su producto, y es un mercado en crecimiento.
So no, cynicism doesn't help us see reality more clearly, but it does change reality, poisoning our relationships, our lives and our culture. It is not a system upgrade, it's mental malware.
Así que el cinismo no nos ayuda a ver la realidad con más nitidez, sino que cambia la realidad, envenenando nuestras relaciones, nuestras vidas y cultura. Más que una actualización del sistema, es un programa mental malicioso.
But we don't have to accept it. We can take control of our stories. To escape the cynicism trap, we have to. My lab tries to help. In one study, we taught people that happiness is not a zero-sum game, and that helping others helps us, too. These folks, compared to those in a cynical condition, donated more to charity afterwards, and they ended up happier as well. In other work, we changed how people thought about empathy in politics. Some people were randomly chosen to read a cynical essay. It began, and I'm paraphrasing, "You might think empathy is a weakness that will make you lose every argument, and you'd be right." Afterwards, we asked these folks to write a note about gun control to someone they disagreed with, and they sniped at each other. Here’s a voice actor reading what one Democrat wrote to a Republican.
Pero no hay por qué aceptarlo. Podemos tomar el control de nuestra vida. Debemos hacerlo para huir de la trampa del cinismo. Y mi laboratorio intenta ayudar. En uno de los estudios, enseñamos que la felicidad no es un juego de suma cero, y que ayudar a otros nos ayuda a nosotros mismos. Esta gente de aquí, comparados con los cínicos, donaron más a organizaciones caritativas, y así acabaron siendo más felices. En otro proyecto, alteramos la opinión de la gente sobre la empatía en política. Escogimos gente al azar para que leyeran un informe sobre el cinismo, el cual empezaba así, literalmente: “Si cree que la empatía es una debilidad que le hará perder cualquier debate, está en lo cierto”. A continuación, les pedimos dirigir unas líneas sobre el control de armas a alguien de opinión contraria, y se lanzaron improperios. Voy a reproducir lo que un demócrata escribió a un republicano.
Recording: “It’s hard not to state this bluntly. You should be in favor of stricter gun laws because you should care about the lives of other people more than your outdated feelings of machismo."
[Es difícil no decir esto sin rodeos. Debería estar a favor de leyes sobre armas más estrictas pues debería importarle más la vida de las personas que sus anticuados sentimientos de... machismo.]
Jamil Zaki: And here’s a Republican writing to a Democrat.
Y ahora un republicano dirigiéndose a un demócrata.
Recording: "People need to know they're able to have the freedom to bear arms in order to protect themselves. You democrats don't get to take that away from us."
[La gente necesita saber que cuentan con la libertad de portar armas para protegerse. Uds. los demócratas no pueden arrebatarnos eso.] Básicamente, hemos recreado Twitter por casualidad.
JZ: Basically, we recreated Twitter, by accident.
(Laughter)
(Risas)
Other people read a different essay. It began, "You might think empathy is a weakness that will make you lose every argument, and you'd be wrong." ... and went on to describe empathy as a strength in politics. Again, we asked these folks to write to an opponent about gun control, but this time, things changed. Here’s a Democrat.
Otros leyeron un informe distinto, que empezaba así: “Si cree que la empatía es una debilidad que le hará perder cualquier debate, está equivocado”. Y continuaba describiendo la empatía como una fortaleza en política. De nuevo les pedimos escribir a un oponente sobre el control de armas, pero esta vez la cosa cambió. Oigamos a un demócrata.
Recording: "There are some common-sense regulations that we should implement to keep people safe. We all want what is best for the country, and there are things we can meet in the middle on to tackle the issue of gun violence."
[Hay algunas leyes de sentido común que deberían implementarse para velar por la seguridad. Todos queremos lo mejor para el país, y podemos llegar a acuerdos en lo relativo a la violencia por armas.]
JZ: And a Republican.
Y a un republicano.
Recording: "Horrible crimes can be committed using guns ... everything from school shootings to murders because of racism and white supremacy. It's very understandable that you think it makes sense to make gun laws more strict. We're all reasonable people, and we just want what's best for our loved ones."
[Se pueden cometer crímenes horribles con las armas... desde tiroteos en escuelas hasta asesinatos por culpa del racismo y la supremacía de los blancos. Es comprensible que piense que tiene sentido redactar leyes más estrictas sobre armas. Todos somos gente razonable que desea lo mejor para nuestros seres queridos.]
JZ: To us, this was wild. Remember, just like ocean and lake fishermen, these people did not start out any different, but just reading one essay turned some of them into new optimists and others into new cynics. This shaped how they acted, and their effect on other people. We sent all of these notes to people who really disagreed with the writer about gun control, and found that notes written by new optimists were more persuasive than those written by new cynics, more likely to make other people change their mind. In other words, we taught these people that empathy was useful, they used it, and it became useful.
Todo resultaba una locura. Recuerden, al igual que los pescadores del lago y del océano, los voluntarios partían del mismo punto, pero un simple informe les transformó a unos en nuevos optimistas y a otros en nuevos cínicos. Moldeó la forma en que actuaron y el efecto sobre los demás. Enviamos todas las cartas a gente con una opinión totalmente opuesta acerca del control de armas, y vimos que las escritas por los nuevos optimistas eran más persuasivas que las de los nuevos cínicos y con más posibilidades de convencer a los lectores. En otras palabras, dijimos a los voluntarios que la empatía era útil, la usaron y pasó a ser útil.
This is what I want you to remember and what I want you to know: that if cynical stories can become self-fulfilling, our work shows that hopeful ones can as well.
Esto es lo que quiero que aprendan y que recuerden: que si las historias cínicas pueden autocumplirse, nuestro estudio demuestra que las historias esperanzadoras también.
Now, cynicism is not the only root of our problems, and optimism alone will not fix them. But it's hard to change a broken system if you think it's a mirror reflecting our broken nature. If people are selfish to our core, then toxic laws and practices are here to stay. But we can all choose to tell a different story. We can be skeptical -- demanding evidence before we believe in people -- but hopeful, knowing they can change for the better. We can notice their kindness even when the media doesn’t and envision systems built on that kindness. We can find other people in our neighborhoods, unions and faith communities who want the same thing. We can use our collective optimism to build pockets of solidarity and mutual aid, miniature ocean villages that can grow over time.
Pero ni el cinismo es la única causa de los problemas, ni el optimismo por sí solo va a arreglarlos. Es difícil cambiar un sistema defectuoso si creemos que es un reflejo de nuestro ser imperfecto. Mientras seamos egoístas hasta la médula, las leyes y prácticas tóxicas seguirán vigentes. Pero podemos optar por contar una historia diferente. Podemos ser escépticos y exigir pruebas antes de creer en la gente pero tener esperanza, sabiendo que pueden mejorar. Podemos apreciar su bondad aunque los medios no se hagan eco e imaginar sistemas cimentados en tal bondad. En nuestros barrios, existe gente sindicatos y comunidades religiosas que quieren lo mismo. Podemos usar el optimismo colectivo para construir acciones de solidaridad y de ayuda mutua, como pequeñas aldeas junto al océano que lleguen a crecer con el tiempo.
Now, this is the part of the talk where I'm supposed to tell you how I cured my own cynicism. But the truth is, I still struggle. Depending on the day or the hour, I promise, I can be as cynical as anyone here. But I see cynicism for what it is -- a psychological quicksand that will pull me in deeper, the more I move through it.
Llegados a este punto se supone que debo contarles cómo superé mi propio cinismo. Pero lo cierto es que para mí aún es una lucha. Dependiendo del día o la hora, puedo ser tan cínico como el que más. pero veo el cinismo como lo que es; unas arenas movedizas psicológicas que me engullen cuanto más me muevo.
So I fight to believe in people, not because it feels good, but because stories matter, and we're telling ours all the time, together. We all get stuck in quicksand -- sometimes, that's OK. But the next time you manage to pull yourself out, and find some faith in humanity, try to remember to reach back and grab someone else who's stuck, until more of us can make it to solid ground. Because optimism is not a relic of the past. It's one key to building a better future by letting us see it more clearly.
Así que lucho por creer en la gente, y no lo hago para sentirme bien, sino porque las historias importan, y estamos contando las nuestras todo el tiempo, en comunidad. Todos podemos quedar atrapados en arenas movedizas, y es normal. Pero la próxima vez que intenten liberarse, y atisben algo de fe en la humanidad, recuerden rescatar a alguien que esté atascado, para así entre varios formar un suelo firme. Porque el optimismo no es una reliquia del pasado, sino una de las claves para construir un futuro mejor ya que nos permite verlo con mayor claridad.
Thank you.
Gracias.
(Applause)
(Aplausos)