There's a common misconception that if you like to meticulously organize your things, keep your hands clean, or plan out your weekend to the last detail, you might have OCD. In fact, OCD, which stands for obsessive compulsive disorder, is a serious psychiatric condition that is frequently misunderstood by society and mental health professionals alike. So let's start by debunking some myths. Myth one: repetitive or ritualistic behaviors are synonymous with OCD. As its name suggests, obsessive compulsive disorder has two aspects: the intrusive thoughts, images, or impulses, known as obsessions, and the behavioral compulsions people engage in to relieve the anxiety the obsessions cause. The kinds of actions that people often associate with OCD, like excessive hand washing, or checking things repeatedly, may be examples of obsessive or compulsive tendencies that many of us exhibit from time to time. But the actual disorder is far more rare and can be quite debilitating. People affected have little or no control over their obsessive thoughts and compulsive behaviors, which tend to be time consuming and interfere with work, school or social life to the point of causing significant distress. This set of diagnostic criteria is what separates people suffering from OCD from those who may just be a bit more meticulous or hygiene obsessed than usual. Myth two: the main symptom of OCD is excessive hand washing. Although hand washing is the most common image of OCD in popular culture, obsessions and compulsions can take many different forms. Obsessions can manifest as fears of contamination and illness, worries about harming others, or preoccupations with numbers, patterns, morality, or sexual identity. And compulsions can range from excessive cleaning or double checking, to the fastidious arrangement of objects, or walking in predetermined patterns. Myth three: individuals with OCD don't understand that they are acting irrationally. Many individuals with OCD actually understand the relationship between their obsessions and compulsions quite well. Being unable to avoid these thoughts and actions despite being aware of their irrationality is part of the reason why OCD is so distressing. OCD sufferers report feeling crazy for experiencing anxiety based on irrational thoughts and finding it difficult to control their responses. So what exactly causes OCD? The frustrating answer is we don't really know. However, we have some important clues. OCD is considered a neurobiological disorder. In other words, research suggests that OCD sufferers brains are actually hardwired to behave in a certain fashion. Research has implicated three regions of the brain variously involved in social behavior and complex cognitive planning, voluntary movement, and emotional and motivational responses. The other piece of the puzzle is that OCD is associated with low levels of serotonin, a neurotransmitter that communicates between brain structures and helps regulate vital processes, such as mood, aggression, impulse control, sleep, appetite, body temperature and pain. But are serotonin and activity in these brain regions the sources of OCD or symptoms of an unknown underlying cause of the disorder. We probably won't know until we have a much more intimate understanding of the brain. The good news is there are effective treatments for OCD, including medications, which increase serotonin in the brain by limiting its reabsorption by brain cells, behavioral therapy that gradually desensitizes patients to their anxieties, and in some cases, electroconvulsive therapy, or surgery, when OCD doesn't respond to other forms of treatment. Knowing that your own brain is lying to you while not being able to resist its commands can be agonizing. But with knowledge and understanding comes the power to seek help, and future research into the brain may finally provide the answers we're looking for.
Hay un error común: que si te gusta organizar meticulosamente tus cosas, tener las manos limpias, o planificar tu fin de semana hasta el último detalle, es posible que tengas TOC. De hecho, TOC, siglas de trastorno obsesivo compulsivo, es una condición psiquiátrica grave, con frecuencia es mal entendida por la gente y los profesionales de la salud mental por igual. Así que vamos a empezar a desmitificarlo. Mito uno: conductas repetitivas o rituales son sinónimo de TOC. Como su nombre indica, el trastorno obsesivo compulsivo tiene dos aspectos: pensamientos intrusivos, imágenes o impulsos, conocidos como obsesiones, y compulsiones de comportamiento en la que se involucra la gente para aliviar la ansiedad que provocan las obsesiones. Los tipos de acciones que la gente a menudo se asocian con el TOC, como el lavado de manos excesivo o el comprobar cosas en varias ocasiones, pueden ser ejemplos de tendencias obsesivas o compulsivas que muchos de nosotros exhibimos de vez en cuando. Pero el desorden real es mucho más raro y puede ser muy debilitante. Los afectados tienen poco o ningún control sobre sus pensamientos obsesivos y sus comportamientos compulsivos, que tienden a consumir mucho tiempo e interferir con el trabajo, la escuela o la vida social hasta el punto de causar angustia significativa. Estos criterios de diagnóstico son los que separan a las personas que sufren de TOC de los que solo pueden ser un poco más meticulosos u obsesionados con la higiene de lo habitual. Mito dos: el síntoma principal de TOC es el lavado de manos excesivo. Aunque el lavado de manos es la imagen más común de TOC en la cultura popular, las obsesiones y compulsiones pueden tomar muchas formas diferentes. Las obsesiones pueden manifestarse como temor a la contaminación y la enfermedad, preocupación de hacer daño a otros, o preocupaciones con números, patrones, moralidad o la identidad sexual. Y las compulsiones pueden ir desde la limpieza excesiva o doble control, a la colocación exigente de los objetos, o caminar en patrones predeterminados. Mito tres: individuos con TOC no entienden que están actuando irracionalmente. Muchos individuos con TOC realmente entienden la relación entre sus obsesiones y compulsiones bastante bien. Ser incapaz de evitar estos pensamientos y acciones a pesar de ser conscientes de su irracionalidad es parte de la razón por la que el TOC es tan angustiante. Los enfermos de TOC dicen sentirse locos por experimentar la ansiedad basada en pensamientos irracionales y que tienen dificultad para controlar sus respuestas. Entonces, ¿qué causa exactamente el TOC? La respuesta frustrante es que no se sabe muy bien. Sin embargo, tenemos algunas pistas importantes. El TOC se considera un trastorno neurobiológico. En otras palabras, la investigación sugiere que los pacientes con cerebros TOC en realidad están programados para comportarse de cierta manera. La investigación implica a 3 regiones del cerebro distintamente involucradas en el comportamiento social y la planificación cognitiva compleja, el movimiento voluntario, y las respuestas emocionales y motivacionales. La otra pieza del rompecabezas se que el TOC está asociado con bajos niveles de serotonina, un neurotransmisor que comunica a las estructuras cerebrales y ayuda a regular los procesos vitales, como el estado de ánimo, la agresión, el control de impulsos, el sueño, el apetito, la temperatura corporal y el dolor. Pero son la serotonina y la actividad en estas regiones del cerebro causa del TOC o síntomas de una causa subyacente del trastorno desconocido. Seguro no lo sabremos hasta que tengamos una comprensión mucho más íntima del cerebro. La buena noticia es que hay tratamientos eficaces para el TOC, que incluyen medicamentos que aumentan la serotonina en el cerebro limitando su reabsorción por las células cerebrales, terapia conductual que desensibiliza gradualmente a las ansiedades, y en algunos casos, terapia electroconvulsiva, o cirugía, cuando el TOC no responde a otras formas de tratamiento. Saber que tu cerebro está mintiendo si bien no eres capaz de resistir a sus comandos puede ser agonizante. Pero con conocimiento y comprensión viene el poder para buscar ayuda, y la investigación futura en el cerebro