For 3 billion people around the world, seafood provides a significant source of protein and nutrition. But recent studies show that 33% of wild fisheries are overfished, while another 60% are fished at their maximum capacity. In fact, over half the seafood we eat– from finfish and shellfish to seaweed and algae– isn’t caught in the wild. It’s grown through aquaculture, or aquatic farming. Farmed seafood is one of the fastest-growing food industries, expanding in volume by 5.8% each year. But different methods of aquaculture come with different advantages and issues– some of which echo the serious problems we’ve seen in industrial agriculture. So how can we avoid repeating the mistakes we’ve made on land, at sea? What aquaculture approaches are we currently using, and what does a sustainable way to farm the ocean really look like?
Para 3000 millones de personas en el mundo, la fauna marina es una importante fuente de proteínas y alimentos nutritivos. Pero según estudios recientes, el 33 % de los caladeros silvestres está sobreexplotado y el 60 % ha alcanzado su capacidad máxima de pesca. En realidad, más de la mitad de los alimentos marinos, de peces y moluscos hasta algas marinas, no se pescan en su hábitat natural. Se cultivan mediante la acuicultura, que es la cría de peces en su hábitat. Esta técnica es una de las industrias alimentarias que más ha proliferado, con un volumen de crecimiento del 5,8 % anual. Pero sus distintos métodos presentan una serie de desventajas, algunas muy parecidas a los serios problemas producidos por la agricultura industrial. ¿Cómo hacer, entonces, para no repetir en el mar los errores cometidos en tierra? ¿Qué tipo de acuicultura es la que actualmente se usa y cómo se puede explotar el océano de manera sustentable?
One of the most common aquaculture methods involves large pens made of nets, where fish are farmed offshore in floating cages roughly 1000 square meters in size. Commonly employed off the coast of Chile and in the fjords of Norway, these fish, like many industrially farmed animals, occupy stressful, overcrowded pens. They produce massive amounts of waste, polluting the surrounding areas and potentially spreading diseases to wild species. Worse still, since the antibiotics employed to fight disease aren’t fully absorbed by the fish, they get excreted back into the environment. Net pens are also susceptible to escapes, unleashing huge numbers of fish which compete for resources and weaken the local gene pool with genes adapted for captivity. Escaped fish can even disrupt local ecosystems as invasive species.
Uno de los métodos más comunes es la cría de peces en jaulas de redes, que ocupan unos 1000 m2 y se instalan cerca de la costa. Suelen usarse en las costas de Chile y los fiordos de Noruega, pero estos peces, como muchos animales de crianza industrial, viven en jaulas sobrepobladas, en condiciones de estrés, y producen cuantiosos desechos que contaminan las zonas cercanas y pueden causar enfermedades a especies silvestres. Para peor, como los peces no absorben totalmente los antibióticos que se les suministra para combatir enfermedades, los excretan y vuelven al entorno. Por otro lado, los peces logran a veces escapar de las jaulas y, en grandes cantidades, compiten por su alimento y debilitan la genética de los peces silvestres con sus genes adaptados para el cautiverio. Los peces que escapan pueden invadir los ecosistemas locales y alterarlos.
Other techniques, such as man-made coastal ponds commonly used for shrimp farming in Southeast Asia, create additional environmental problems. Just like net pens, these ponds are prone to spreading pollution and disease. Their construction also frequently destroys important ecosystems like mangroves and marshes, which protect coastal areas from storms, provide habitats, and absorb tons of greenhouse gases.
Otras técnicas, como los estanques que se usan en el sudeste asiático para la cría de camarones, generan más problemas ambientales. Al igual que las jaulas flotantes, esos estanques pueden contaminar y diseminar enfermedades. Su construcción también puede destruir importantes ecosistemas, como manglares y pantanos, que protegen las áreas costeras de las tormentas, albergan varias especies y absorben toneladas de gases de efecto invernadero.
One way to solve these problems is to farm fish on land in completely contained systems. Tanks and raceways can recirculate and filter water to prevent pollution. But even fully contained facilities still contend with another major hurdle: fishmeal. About 10% of the seafood caught globally is used to feed animals, including carnivorous farmed fish. Researchers are working on fish feed made of insects and plant-based proteins, but for now many inland fish farms are connected to overfishing.
Una manera de resolver estos problemas es criando peces en tierra firme mediante sistemas perfectamente controlados. Se pueden instalar tanques y circuitos para hacer circular el agua, filtrarla y evitar la contaminación. Aun así, estas instalaciones deben lidiar con un obstáculo importante: el alimento para los peces. Un 10 % de la pesca mundial está destinada a alimentar animales, incluidos los peces carnívoros de cría. Se está investigando la producción de alimentos para peces a base de insectos y proteínas vegetales pero, por ahora, lo cierto es que muchos criaderos artificiales aún son sobreexplotados.
All these obstacles can make sustainable aquaculture feel a long way off, but innovative farmers are finding new ways to responsibly farm the seas. The most promising solution of all may be to look lower on the food chain. Instead of cramming large, carnivorous fish into pens, we can work with natural ocean systems to produce huge amounts of shellfish and seaweeds. These low-maintenance flora and fauna don’t need to be fed at all. In fact, they naturally improve water quality, filtering it as they feed off of sunlight and nutrients in the seawater. By absorbing carbon through photosynthesis, these farms help battle climate change, and reduce local ocean acidification while creating habitats for other species to thrive.
Con tantos obstáculos, la acuicultura sustentable parecería poco viable, pero hay otras maneras de explotar el mar de manera responsable. La solución más promisoria bien podría ser recurrir al nivel más bajo de la cadena alimentaria. En lugar de encerrar grandes cantidades de peces carnívoros en jaulas, se puede trabajar con sistemas marinos naturales para producir moluscos y algas en abundancia. Esta flora y fauna de bajo mantenimiento no necesitan de alimentación artificial. Es más, mejoran la calidad del agua de manera natural, pues la filtran cuando se alimentan de la luz solar y los nutrientes del agua. Al absorber el carbono mediante la fotosíntesis, estas "granjas" ayudan a combatir el cambio climático y reducen la acidificación del agua del océano, a la vez que posibilitan la proliferación de otras especies en nuevos hábitats.
Shifting to restorative ocean farming could provide good jobs for coastal communities, and support healthy plant and shellfish-based diets that have an incredibly low carbon footprint. In just 5 months, 4,000 square meters of ocean can produce 25 tons of seaweed and 250,000 of shellfish. With the right distribution network, a series of small farms, collectively the size of Washington State could feed the planet. Farms like these are already popping up around the globe, and a new generation of farmers is stepping up to pursue a more sustainable future. Done properly, regenerative ocean farming could play a vital role in helping our oceans, our climate, and ourselves.
La explotación marina con fines regenerativos podría ser fuente de trabajo para comunidades costeras y propiciar dietas saludables a base de vegetales y moluscos, cuya huella de carbono es extremadamente baja. En tan solo cinco meses, 4000 m2 de océano pueden producir 25 toneladas de algas marinas y 250 000 de moluscos. Con una red de distribución adecuada, un grupo de pequeñas granjas que en total ocupen la superficie del estado de Washington, podría alimentar al planeta. Estas granjas ya se están instalando en varias partes del mundo, y está surgiendo una nueva generación de agricultores para lograr un futuro más sustentable. Manejada con cuidado, la explotación marina regenerativa podría tener un rol clave para ayudar a los océanos, al clima y a nosotros mismos.